Amor enfermizo por las batas: falso enfermero y antes psiquiatra de pega

A Rubén I.V., de 29 años, comenzó a gustarle jugar a los médicos hace cinco años. El joven de 29 años natural de O Irixo, detenido en enero del pasado año por hacerse pasar por falso enfermero en varios lugares de España, comenzó en Vigo su periplo sanitario con bata blanca, chaleco y tarjeta identificativa, pero sin carrera ni título. Concretamente, pasó por el hospital Álvaro Cuqueiro en marzo de 2017, en donde no solo dio órdenes a celadores y vigilantes de seguridad en nombre de su mayor status sino que el 23 de marzo de ese año atendió a un paciente de psiquiatría y, al siguiente día, a una mujer que, en el servicio de urgencias, presentaba una herida punzante en la mano. Una de las facultativas del servicio detectó a Rubén por lo que se dio a la fuga mientras era alertada una dotación policial. El inculpado admitió el delito de usurpación de funciones públicas, en relación al ejercicio de la medicina en el sistema nacional de salud, del que estaba acusado por la fiscal y, tras un acuerdo entre su letrada y la acusación pública, aceptó una pena de 1.800 euros. Periplo en otras ciudades En ese momento, el imputado aún no estaba fichado por las fuerzas de seguridad. Pero en Vigo comenzó una carrera delictiva que fue perfeccionando con los años. Al juzgado vigués llegó esposado ya que cumple cuatro años de prisión por intrusismo profesional, hurto y estafa, una condena que le fue impuesta por un juez de Zaragoza el pasado mes de enero. Durante la pandemia, y casi durante un año, aprovechando la escasez de personal sanitario, logró que le contrataran en una clínica y en una residencia de la capital aragonesa. Rubén, pese a no tener titulación, se las ingenió para presentar un número de colegiado en Barcelona que correspondía a otra persona y una copia que fingía ser de la Universidad de A Coruña que le validaría como Graduado en Enfermería. En Zaragoza, además, aprovechó su trabajo para llevarse dinero de la clínica y los pacientes, bien en efectivo, bien a través de tarjetas, mientras que en la residencia accedió a las cuentas de dos usuarios. Antes, la propia Policía, que le detuvo en dos ocasiones, confirmaba que mediante el currículo falseado había conseguido trabajo en un hospital de Gijón y en Barcelona. Ingresó en prisión el pasado año, después de que fuese interceptado en una visita a uno de los pacientes a cuyos datos supuestamente accedía mediante el historial clínico haciéndose con sus teléfonos y ofreciendo a domicilio distintos servicios, entre ellos las pruebas PCR. Según la Policía Nacional, Rubén utilizaba apps de contactos para conocer a sanitarias y lograr facilidades de accesos a centro privados.