Este verano cumplió un año la nueva normativa que impide a los establecimientos entregar gratuitamente bolsas de plástico a los clientes. El objetivo de esta medida es reducir el número de plásticos de uso diario, uno de los más contaminantes y que no es biodegradable. Detrás, la concienciación de cara a los usuarios para la reutilización de las mismas e impulsar la venta de bolsas sostenibles.
Muchos de los consumidores ourensanos se han adaptado a esta nueva situación y son conscientes de que es necesario reducir su uso. Acuden tanto a la Praza de Abastos como a los supermercados cargados con sus bolsas reutilizables en las que llevar sus compras. Lo mismo sucede en los supermercados entre los clientes que tienen previstas compras voluminosas. "Están concienciados y pocos compran bolsa, salvo que se hayan olvidado una de las grandes que se venden para reutilizar", explica Patricia Oliveira, trabajadora de un supermercado. En el otro lado, aquellos que o se las olvidan o prefieren abonar su valor y comprarlas. "Aquí se siguen pidiendo con cada compra", explica Nieves Sotelo, que trabaja en una carnicería. En puestos como el suyo o en las pescaderías, los consumidores prefieren una nueva bolsa debido a los olores, para evitar que se mezclen con otros.
Publicidad en las bolsas
Algunos consumidores tienen quejas relacionadas con la publicidad que llevan las bolsas. "Las llevo pocas veces porque me olvido, pero las compro y ya está. Lo que no me gusta es que la pago y luego le voy haciendo publicidad al establecimiento por la calle. En ese aspecto, las grandes compañías si van a cobrarlas deberían darlas limpias de publicidad”, comenta Susana Iglesias. Otras voces, también críticas con este escenario, anteponen el bajo precio. “No es un precio excesivo, por eso no me importa que lleven publicidad, si fuesen más caras sí que lo vería peor”, explica Patricia.
"Los clientes están concienciados y pocos compran bolsas, traen una reutilizable", apuntan en un supermercado
Otros establecimientos se han inclinado por eliminar todo tipo de bolsas de plástico y sustituirlas por papel o cartón. Esto se repite principalmente en los locales de textil, donde los productos no son tan pesados como en el supermercado. "Están ben pero cando chove hai que ter conta, non se poden mollar que se desfan", apunta Ana González sobre esta opción.
Mientras, en establecimientos como en la Farmacia Alameda se decantan por las bolsas hechas con materiales reciclados. "Son biodegradables y por ello no las cobramos, pero sigue habiendo gente que se trae su bolsa o se lleva la compra en la mano", explica María Jesús Lorenzo, trabajadora de esta farmacia.
Continúa la lucha
El próximo enero España prevé implantar la prohibición de los utensilios de plástico de un solo uso. La Xunta también está inmersa en esta lucha contra los plásticos y obligará a que los restaurantes gallegos sirvan en 2020 los restos de la comida en envases reutilizables.n