Lucha contra el coronavirus

Un año del traslado de Piñor: "Esas camas eran necesarias"

Ourense 12/4/20
Traslado enfermos covid-19 de la residencia de O Barco al hospital de Piñor

Fotos Martiño Pinal
photo_camera Al hospital de Piñor llegaron 80 pacientes covid procedentes de residencias sociosanitarias (Martiño Pinal)
Parte de los pacientes de Psiquiatría se movieron a la Casa de Ejercicios para dar espacio a los covid

Hace un año comenzaba el segundo traslado de pacientes de un centro a otro. Tras poner en marcha el residencia integrada de Baños de Molgas para acoger a pacientes covid, el hospital de Piñor despidió a sus ingresados de psiquiatría para moverlos a la Casa de Ejercicios Espirituales, junto al Seminario Menor.  "Nos los tomamos como un reto, pero no quedaba otro remedio que hacerlo. Las camas eran necesarias", recuerda Luis Docasar, jefe del servicio de Psiquiatría. 

La primera planta de Piñor se preparó para la llegada de los 80 contagiados de covid procedentes de las residencias de mayores que por allí pasaron. El equipo que puso en marcha el centro de Os Milagros empleó esa experiencia para seguir con el plan de contingencia en Piñor. "Teníamos más bagaje, por lo que fue más sencillo montar una unidad con personal del Sergas", afirma Álvaro de Castro, uno de los ocho médicos de familia que participó en la coordinación del traslado. 

El hospital de Piñor, pensado  en sus inicios para pacientes de tuberculosis, ofrecía más facilidades que el centro de Baños de Molgas. "Só houbo que levar material e poñer en funcionamento cousas que estaban sen usar", explica Ana Gómez, quien coordinó al personal de Enfermería. De esa forma, se minimizó el riesgo para los pacientes de Psiquiatría y se amplió la capacidad de hospitalización: "Para Medicina Interna fue un gran apoyo y los enfermos tuvieron el lujo de poder pasear por los corredores e incluso tomar el sol", reconoce De Castro.

Para Gómez supuso el regreso al lugar donde dio sus primeros pasos en el mundo de la salud, por lo que califica la experiencia como "gratificante" que permitió liberar un "importante número de camas" y darle "un respiro" a Medicina Interna. "Piñor é un lugar moi agradecido para este tipo de doentes. A sensación era máis parecida a estar na residencia e non nun hospital", asegura Gómez.

La profesionales vivieron allí alegrías, pero también momentos tensos y de pérdida. "Quédaste co soriso co que se iban os pacientes, pero tamén sintes pena polo que non o fixo. Tratamos que tiveran un final digno e iso dache tranquilidade", destaca Gómez. De Castro se queda con el "subidón" de dar el alta a algunas centenarias, a las que recuerda con cariño.

Decisión propia

Luis Docasar resalta la oportunidad que supuso para los pacientes de Psiquiatría a la hora de decidir sobre su futuro. "Se les dio la posibilidad de participar en las decisiones clínicas, se les tuvo en cuenta y eso los empoderaba", explica. Celebraron asambleas en las que se les expusieron las medidas que se iban a seguir y "estuvieron de acuerdo" con ellas. "Ellos se sintieron muy orgullosos de haber contribuido a que el hospital se pudiese gestionar mejor en un momento de necesidad", afirma Docasar.

Los profesionales, tanto los que dejaron Piñor como los que pasaron a ocuparlo, se esforzaron para garantizar la atención de los pacientes con independencia de su localización. 

“Pasamos de un hospital a un cetro nada parecido"

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Luis Docasar reconoce el doble reto que supuso para el área de Psiquiatría este movimiento de pacientes a la Casa de Ejercicios Espirituales, que se alargó hasta junio. "Si nos dicen ahora que tenemos que hacerlo de nuevo, aún nos impondría", señala. No todos los ingresados en la unidad se trasladaron al espacio cedido por el Obispado, por lo que hubo una selección clínica: "Se puso a prueba la capacidad de movilizar camas. Se seleccionaron a los pacientes que mejor podrían llevar el cambio y se acertó, pocos tuvieron que volver". Docasar indica que se puso "a prueba la capacidad de mover camas", asegurando la atención de todos los pacientes: "Movimos todo un hospital psiquiátrico a otro centro nada parecido, que tuvimos que adaptar". Lo lograron y en ello supieron encontrar oportunidades, como ciertas actividades que allí empezaron y que continúan hoy en Piñor. 

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