Cinco años de cárcel por abusar en Bande de una menor dormida y ebria

Los actos sexuales de José Antonio J.N. con dos menores de edad en 2018 le costarán un largo periodo en prisión si las dos sentencias de la Audiencia de Ourense dictadas en las últimas semanas adquieren firmeza. A los ocho años de prisión que le impuso la sala por una relación sexual consentida con una adolescente de 14 años cuando él tenía 24 añade ahora cinco años más por abusar de una joven de 17 cuando se había quedado dormida en el coche del inculpado tras la ingesta excesiva de alcohol y un baño en las termas de Bande. Los hechos sucedieron cuando ambos y un amigo quedaron para bañarse y beber cerveza en la noche del 24 de noviembre de 2018. Cuando el Congreso acaba de aprobar la ‘ley del solo sí es sí’, que consagra el consentimiento como clave de la libertad sexual, el fallo de los jueces ourensanos tiene presente las circunstancias en las que el acusado actuó. “Paró el vehículo cuando la denunciante se había quedado dormida por el mal estado en el que se encontraba, propiciado por la mezcla del alcohol ingerido, el calor de las termas y el viaje por carretera”, considera probado la sala. Y no hubo consentimiento: “Aprovechándose de ese estado, el inculpado se puso encima de ella y la penetró vaginalmente”. La víctima se despertó en ese momento pero tan siquiera tuvo fuerzas -matizan los jueces- para repelerlo. Al día siguiente, se volvieron a ver y José Antonio le entregó una pastilla anticonceptiva. La víctima, según explicó su abogada, Fátima Salgado Carbajales, sufrió un bajo estado de ánimo, problemas para conciliar el sueño, miedos irracionales, ansiedad, dificultades para mantener relaciones que impliquen contacto físico y reexperimentación del incidente. Por este motivo, el procesado debe indemnizar a la perjudicada con 15.000 euros. La sala no aprecia motivos espurios de la joven para presentar una denuncia “en el contexto en el que su propia familia puso en tela de juicio su versión”. La joven vivía con sus abuelos maternos desde los 12 años. También una amiga la previno del intenso escrutinio al que iba a ser sometida. También valora la versión dada por el amigo que los acompañó a las termas y que relató siempre la misma versión: el acecho físico del inculpado a la víctima en las termas y el mal estado de la chica en el coche cuando regresaban a casa y él se apeó primero. Según dijo, “estaba como inconsciente”. El inculpado cuestionó su credibilidad porque, según dijo, estaba enamorado de ella. La sentencia de la Audiencia recuerda que para la comisión del delito sobre una víctima privada de sentido no es preciso que se halle en un estado catatónico o de inconsciencia total. “El estado en el que se hallaba era de una intensa disminución de sus facultades físicas y psíquicas para consentir libremente una relación sexual, aprovechándose el acusado del estado de la joven”. Los magistrados no creen que los mensajes enviados al imputado a través de la aplicación WhatsApp, esa misma noche, resten coherencia a su versión. En uno ella, asegura que no se arrepiente aunque también añade que no quería tener relaciones sexuales tan pronto. Los jueces dicen que la respuesta “ha de ser analizada en su contexto. Primero, porque él le dice espero que no te arrepientas y, segundo, porque que ella explicó en instrucción que le respondió así porque quería que el inculpado le facilitase la píldora anticonceptiva”. Posteriormente, el tono de los mensajes no fue tan conciliador. En la denuncia que presentó esta joven, acompañada de su abuela, al día siguiente, mencionó a la Guardia Civil que el inculpado ya había tenido relaciones sexuales con una amiga de 14 años durante el mes de septiembre. Esa revelación le costó hace unos días una sentencia de ocho años de cárcel.