D.V.M. declaró que era consumidor de cocaína y, por tanto, él era quien compraba, pero no vendía a terceras personas.
La Audiencia también juzgó ayer a D.V.M. por tráfico de drogas a pequeña escala en Ribadavia, un delito por el que el fiscal reclamó una pena de dos años y 10 meses de prisión y multa de 1.540 euros. Justificó sus ingresos pese a estar sin trabajo en aquel momento (octubre 2014), uno de los indicios en los que el fiscal basa la acusación, en que obtenía dinero de la venta de huevos, una prestación social además de las ayudas económicas que recibía su exmujer.
V.M. declaró que era consumidor de cocaína y, por tanto, él era quien compraba, pero no vendía a terceras personas. Cifró su consumo en torno a un gramo o medio gramo en días alternativos, por lo que actualmente está a tratamiento de desintoxicación. En cuanto a la báscula de precisión que fue hallada en el registro en su casa, asegura que la utilizaba para preparar sus propias dosis porque compraba para varios días.
Ahora bien, negó que los 12,8 gramos que llevaba ocultos en el coche cuando le detuvieron, en la A-52 a la salida de Melón, fueran suyos. Dice que ese día sólo llevaba en el coche un gramo que le habían regalado por su cumpleaños y que los agentes no registraron el coche en su presencia.
