A veces, llegar al trabajo se convierte en una auténtica odisea. Contra viento y marea, en este caso, contra el frío y la nieve de Filomena, la enfermera ourensana María Estévez entró en el Hospital de Emergencias Isabel Zendal tras hora y media de caminata en un Madrid paralizado por el temporal. "Una auténtica aventura", resume.
"Dos compañeras y yo decidimos ir a pie porque era nuestra única opción, los cercanías no funcionaron en todo el día por la nieve", explica al otro lado del teléfono. El camino "más corto": en metro desde el centro hasta Ifema y, de allí al Zendal, a pie. "Es un trayecto de una hora a pie, pero con la nieve... hora y media", cuenta. El trayecto, casi de película de ciencia ficción con foto incluida en la M-11, teñida de blanco por completo y sin tráfico.
"Nuestros compañeros llevaban en el hospital desde el viernes a mediodía, cuando empezaron el turno, porque no pudieron volver a sus casas ni nadie ir a trabajar, tal y como estaba la situación en los alrededores. Teníamos que ir, aunque fuese así, a pie", explica. Eso sí, por si el temporal no daba tregua en la madrugada de hoy, las tres cargaron las mochilas para prepararse para una guardia larga, de tiempo indefinido. "Llevamos provisiones de comida, neceser y muda, por si acaso. En cuanto pare de nevar la situación mejorará, pasan las máquinas quitanieve y punto... El problema es que lleva desde ayer (por el viernes) sin parar de nevar", señala.
El Hospital contaba ayer con 163 pacientes en hospitalización y seis en cuidados críticos. Desde el viernes, cuando los accesos del recinto quedaron anegados por la nieve, no se han podido realizar nuevos ingresos (derivados de otros centros), ni tampoco altas. "Esperemos que la situación mejore, cuanto antes. Mientras, toca trabajar", apunta Estévez.
"Los compañeros que estaban el viernes a mediodía tuvieron que pasar la noche allí por el temporal"
