Las auxiliares de automoción, otra vez contra las cuerdas por la falta de chips

Las malas noticias se suceden en el sector del automóvil, con repercusión obvia en el empleo en la provincia. Las paradas en la producción de la gran industria provocan un efecto arrastre en las auxiliares ourensanas que hacen piezas para las marcas. La planta de Stellantis en Vigo, para la que trabaja la mayoría del sector en la provincia (quince firmas, cerca de 2.500 empleos directos), confirmó ayer la suspensión total de la producción durante toda la semana que viene por no disponer de microchips. Una de las líneas de la factoría viguesa, encargada del montaje de furgonetas y monovolúmenes, detendrá completamente su actividad desde el lunes 7 hasta las seis de la mañana del día 14. Las otras reducen turnos, por lo tanto la actividad en la fábrica decae. La incertidumbre es máxima, sobre todo cuando Stellantis podría detener indefinidamente la producción. Las perspectivas no son buenas toda vez que la recuperación del cuarto turno del Sistema 2, anunciada hace meses por la compañía para el mes de abril, tendrá que esperar. Eso supone que en torno a 700 contratos que se iban a firmar se demorarán en tanto en cuanto no se recupere al menos parcialmente la normalidad del abastecimiento, cuya fecha no se puede concretar. Nada más confirmarse que Stellantis paraba su producción, las fábricas ourensanas tomarán medidas. Faurecia, una de las plantas más importantes de la provincia, que produce piezas para Stellantis y Renault Palencia, comunicó a su comité de empresa la suspensión de actividad entre el lunes y el jueves, y queda pendiente la decisión de qué se hará el viernes. Pero, las malas noticias no se quedan ahí. La empresa y los sindicatos se sentarán el lunes para negociar un Expetiende de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Fuentes de otras empresas del sector confirman un ambiente “de gran incertidumbre” y de medidas “muy complejas” que pueden variar en cada momento. Antonio Villaverde, de la empresa Ader Trabajo Temporal, con gran relevencia en el gremio, lamentó que “no llegue la tranquilidad a las auxiliares de la automoción por las paradas de Stellantis”, que se suma a otras situaciones “como la aplicación de la reforma laboral y de cómo se procederá con la figura del trabajador fijo discontinuo al desaparecer el contrato por obra”. La crisis de los semiconductores lleva al menos quince meses provocando alteraciones de la producción de las plantas de automoción, lo que se ha traducido en cierres parciales, dos ERTE y mucha incertidumbre tanto en Stellantis como entre las numerosas empresas proveedoras del sector de la automoción, entre las cuales están las ourensanas. La situación de crisis parece perpetuarse, lo que corta una racha laboral positiva. De los 5.046 contratos firmados en febrero en Ourense, 1.000 (uno de cada cinco) se hicieron en la industria, con un peso importante la automoción. Las ventas de coches sufren los efectos La distribución de vehículos, al final de la cadena, también sufre las consecuencias. Los retrasos en la fabricación por culpa de la falta de microchips provoca retraso en las entregas de las ventas o, sencillamente, paralización del mercado. Los últimos datos de matriculaciones en la provincia, referidos a finales de febrero, certifican unas ventas de 224 vehículos, con un ascenso del 3,7% sobre el mismo mes del pasado año. En el acumulado de los dos primeros meses se han matriculado 380 automóviles, lo que supone un descenso del 9,3% menos en relación al 2021. En cuanto a tipos de motor, los de gasolina representan el 41,8% de las ventas, mientras que los de energías alternativas suponen el 37,1%. Los vehículos de gasoil suponen el 21%. La gasolina ya supera 1,80 euros en algunos surtidores El precio de los carburantes en Ourense tampoco da tregua. En la provincia, que habitualmente se sitúa entre las diez más caras de España, se siguen marcando precios impensables hace unos meses. Según datos del Gobierno, el precio del litro de gasoil se sitúa entre 1,43 euros y 1,77, aunque los precios fueron tomados el 28 de febrero y el día de ayer, respectivamente. El mismo rango de fechas se da para la gasolina de 95 octanos que se vende entre 1,53 y 1,86. La escalada se mantiene, mientras en varios sectores se especula con que incluso antes del verano pueda llegar el litro a los dos euros. Mientras, en el resto de España el precio de la gasolina marca su quinto récord en plena invasión de Rusia sobre Ucrania, un conflicto que ha provocado que el petróleo Brent haya alcanzado su precio más alto desde 2013. Según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), la gasolina se vende en España a una media de 1,60 euros el litro y el gasóleo a 1,49 euros. Ambas cifras son las más altas registradas.