Desescalada en Ourense

Los bares de la Plaza Mayor de Ourense se defienden: “Aquí sí cumplimos"

OURENSE 6/03/2021.- Hosteleros Plaza Mayor con apertura de expediente por distancia entre terrazas. José Paz
photo_camera Nacho Rodríguez, dueño del Trampitán, y Rubén Gil, gerente del Tamarindo, muestran la distancia de más de 1,80 metros estipulada de fachada a velador. (FOTO: José Paz)
Responden al informe de una arquitecta municipal, motivado por las sucesivas quejas de O Cimborrio

Una semana después de volver a la actividad tras el fin de las restricciones de la Xunta, a los hosteleros de la Plaza Mayor les quieren poner una nueva zancadilla. Esta semana, O Cimborrio se hacía eco de cuatro informes de una arquitecta municipal relativos a las terrazas de la Plaza, en el que se "propone" a los negocios recolocar sus veladores para cumplir la normativa de accesibilidad. 

Los informes, realizados después de sucesivas denuncias administrativas interpuestas por la asociación vecinal, indican la distancia a la que deben situarse las terrazas tanto de las fachadas como del espolón (en el caso de los locales cercanos). Los documentos, sin embargo, no son vinculantes, y los hosteleros no esconden cierta perplejidad ante el modus operandi de O Cimborrio. "Nos están señalando como si lo estuviésemos haciendo todo mal y no es así. No entendemos cuál es su objetivo, porque si es tener una hostelería mejor en la ciudad, nosotros también", señala Rubén Gil, gerente del Tamarindo, uno de los negocios "señalados". "Esto no está en firme", recalca Nacho Rodríguez, dueño del Trampitán, otro de los locales. 

Ambos hosteleros insisten en que cumplen con las normativas vigentes, y Gil incluso saca el metro. "En el informe de mi local dicen que el velador está a 1,20 metros. Que venga alguien a medirlo, porque a mí me sale más de 1,80", señala. "Las sillas no están ancladas al suelo, hay clientes que las mueven, y tú, como dueño del local, no puedes estar encima de la gente todo el rato. Estás trabajando y atento a las mil cosas que tenemos que estar", asegura Rodríguez. En su caso, el informe de la arquitecta señala que debe mantener 1.20 metros respecto al espolón, pero el dueño del Trampitán apunta: "Tengo un informe de la Policía Local y del Concello diciendo que puedo tener las mesas a 90 centímetros, y ahora de repente tiene que estar a más de un metro. ¿Y por qué a mí no me han dicho nada de forma oficial?". Además, insisten en que no llegan a ocupar el 30% de la Plaza Mayor: "En otras calles sí es mucho más complicado gestionar las terrazas, aquí no".

Los negocios de la Plaza piden al Concello y a O Cimborrio una reunión oficial, en la que hablar sobre la situación de las terrazas y buscar soluciones. Eso sí, ellos también tienen ideas. "En 2015 ya presentamos varias propuestas al Concello sobre cómo podíamos organizar los veladores de la Plaza, para homogeneizar el aspecto y darles otro carácer, pero no nos hicieron ni caso", apunta Gil. "Nos hemos reunido con todas las concejalías de Comercio de los últimos gobiernos locales, y ninguna nos ha escuchado. Nosotros somos los primeros que queremos que el aspecto de la Plaza sea el mejor posible", remarca Rodríguez.

Al Concello, además, le piden "menos dejadez" respecto a la hostelería: "Es que ahora, tal y como están las cosas ahí,¿quién te recibe si quieres plantearle algo? A nosotros nadie nos habló, nadie". Los afectados recuerdan que, desde el inicio de las restricciones derivadas de la pandemia, desde el gobierno local no se han buscado soluciones. "Estando como estamos, podrían ayudarnos y dejarnos poner más mesas, pero nada".

“Parece que quieran acabar con todos los negocios"

La asociación O Cimborrio, creada en marzo de 2019, ha interpuesto decenas de denuncias administrativas contra diferentes locales hosteleros, tanto pubs como bares o restaurantes de la ciudad. Los dueños de los negocios ven un "acoso continuado" al sector. "Parece que quieren acabar con todos los establecimientos", señalan desde los negocios de la Plaza Mayor. Antes del inicio de la pandemia, la exconcejala de Urbanismo Sonia Ogando consiguió iniciar una serie de reuniones entre hosteleros y vecinos para solventar el conflicto, pero el covid paralizó los avances.

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