El empresario Bartolomé Pidal está inmerso junto a su mujer, Anabel Díaz, en la lucha por hacerse con los terrenos de Benposta para desarrollar un proyecto educativo.
El empresario Bartolomé Pidal está inmerso junto a su mujer, Anabel Díaz, en la lucha por hacerse con los terrenos de Benposta para desarrollar a través de la Fundación Nortempo, que preside, un proyecto educativo que mantenga vivo el espíritu de la iniciativa del padre Silva. Para ello, ha ofertado a la Seguridad Social 615.000 euros por la finca, una cantidad superior a la que presentó la empresa Alfer.
¿Por qué impulsa este proyecto?
Mantengo un vínculo emocional con Ourense -ahora vive en Vigo- y con Benposta. Reacciono con la venta de la finca, creyendo que hay un capital que se puede poner en valor y por eso he tomado esa iniciativa. Además, entiendo que las empresas deben tener una responsabilidad social corporativa.
¿Ve posibilidades de llevarlo a cabo?
Vamos a destiempo, pero nunca es tarde si la sociedad reacciona. Se trata de no perder un capital que existió y ponerlo en valor. Hubo una experiencia educativa a la que no se le dio valor e incluso el padre Silva no fue consciente de lo que había hecho, era muy innovador. Hay que ver si eso se convierte en unas cocheras o puede seguir siendo un espacio educativo. Mi oferta la hago al día siguiente de la subasta, antes de que fuese adjudicada, con un burofax a la Seguridad Social. Hay un tema de derecho administrativo que se puede discutir y estoy asesorado en ese sentido. Hay que ver hasta qué punto la administración consiente vender unos terrenos muy por debajo del precio fijado y para uso industrial. Yo estoy planteando un proyecto empresarial y educativo, ofertando más dinero y con un plan de inversión.
¿Tuvo respuesta de la Seguridad Social?
Me confirman que reciben la oferta, plantean unos problemas de forma ya subsanados, y estamos pendientes. Hay partido, se puede jugar todavía.
¿En qué consiste la idea?
El objetivo es crear un espacio social y educativo en la ciudad. Pretende rescatar esencias que ha habido hace muchos años, revolucionarias y muy innovadoras. Hoy en día se habla mucho de la reforma de la educación y queremos crear una actividad educativa. Planteamos tres fases. Una primera para desarrollar una actividad formativa con escuelas de verano y programas de formación para niños y educadores, incluso una escuela de padres. Queremos que sea referente a nivel nacional para trabajar en políticas educativas e incluso crear un turismo educativo, desarrollando las artes, trabajando las inteligencias múltiples. La segunda parte consistiría en dar más contenido, un ciclo medio o superior de Formación Profesional, adaptado al entorno de la actividad empresarial de Ourense, y la tercera sería la creación de un centro escolar, desde infantil hasta secundaria.
¿Qué plazos maneja para su puesta en marcha?
Depende de la solución de esta situación. Pero la primera fase podría estar lista en algo más de un año.
¿Qué inversión es necesaria para desarrollar esto?
En una primera fase harían algo más de dos millones de euros, que implicaría la creación de entre cinco y diez puestos de trabajo directos, más los que se generan de forma indirecta. La inversión de las tres fases estaría en torno a unos cinco millones y llevaría consigo la creación de 50 empleos estables y otros temporales. Además, revitalizaría el entorno, generando riqueza.
Residió en Benposta durante la década de los 70. ¿En qué le ayudó esta etapa?
Fue vital. Me ayudó a modelar mi personalidad, me ofreció la posibilidad de desarrollar un estilo de liderazgo que lo he mantenido. Aprendí a trabajar en equipo y supe lo que era la autoridad.
¿Hace falta también subsanar errores de aquella época?
Muchos. Creo que Benposta tuvo un proyecto sin ser consciente, el padre Silva no lo conceptualizó, fue un conjunto de circunstancias. Tengo el apoyo de muchos profesores que estuvieron y no pudieron desarrollarse porque al final el proyecto fracasó, acabó fatal y no quiero revivir, sino hacer algo inspirándonos en eso. Debe ser vivo y entroncado con la ciudad, no de espaldas a Ourense, tiene que ser un espacio abierto.
Envió una carta al alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, presentándole el proyecto. ¿Tuvo respuesta?
Debe estar muy ocupado, me sorprende que haya sido conselleiro de Educación y muestre, al menos hasta el momento, tan poca agudeza. Es cierto que él considera que la ley del mercado habló pero debe ver el bien público de ese lugar y por ahí está la defensa de esa finca y se puede cuestionar lo que se pretende.
¿Echa en falta apoyo institucional a su iniciativa?
Efectivamente. Ourense necesita proyectos innovadores que den que hablar, que tenga notoriedad y que Ourense pueda relucir en otros puntos de España y el mundo.
¿Habría una alternativa si no se logra la finca de Benposta?
Nuestra intención es que se desarrolle en Benposta, pero si no se puede, intentaríamos hacerlo en otro lugar, aunque la finca es el lugar idóneo.
¿Pero en Ourense?
Nuestro objetivo es que sea en Benposta. Si no, sería difícil llevarlo a cabo en Ourense, lo intentaríamos hacer en otro lugar. Benposta es el lugar idóneo para hacer este centro para la innovación y educación, un proyecto singular y con una metodología contrastada.
Su empresa, Nortempo, cumple 25 años. ¿En qué situación está?
Muy bien, con capacidad para meternos en estos jaleos. Estamos en España, Portugal y Colombia y crecemos al 21% y tenemos un plan estratégico para estar entre las cuatro primeras empresas del sector.
¿Cómo ve Ourense?
Necesita más estímulos, proyectos más integradores. La apuesta por sectores como el turismo debería intensificarse.
