IMPLICACIóN

La Batalla de Flores volverá ‘si se la trabajan los vecinos'

El mercado medieval de las Festas de Ourense fue lo más concurrido, según el balance del Concello 

La concejala de Cultura de Ourense, Ana Garrido, hizo un satisfactorio balance de las fiestas de Ourense, que finalizaron el pasado domingo, y apeló a la necesaria participación activa de los vecinos para devolver a la programación la Batalla de Flores, anulada este año, dijo, porque era ya una actividad "de trámite", con carrozas que no son específicas de Ourense, sino que recorren otras ciudades, y además "plastificadas"; y con música enlatada en lugar de actuaciones en vivo, más gratificantes.

Garrido, que justificó así la anulación de la Batalla de Flores, se muestra encantada con recuperar el desfile y así lo comunicó ya a asociaciones de vecinos con los que se reunió. Asumió la "responsabilidad" de la desaparición, al menos provisional, de ese acto festivo, y reconoció que "siempre que se hacen cambios, no llueve a gusto de todos". Desde luego, la concejala ensalzó el desfile de gigantes y cabezudos, y atribuyó a la cuestión económica la reducción de los fuegos artificiales. Garrido, señaló, en fin, su objetivo, conseguido, de devolver a la zona monumental el protagonismo festivo que tuvo en tiempos, al llevar actividades a las pequeñas plazas, que congregaron a muchas personas, especialmente el espectáculo de Lulavai en la Praza do Ferro.

Tras su valoración de los festejos junto al técnico municipal Manuel Freire, el PP hizo público un comunicado, para cuestionar el programa festivo, el de la "desvergoña, o derroche e o insulto ás tradicións". El principal grupo de la oposición cuestionó desde la elección de la pregonera, la exministra Elena Espinosa a la supresión de la Batalla de Flores, pasando por el coste del Derrame Rock -108.900 euros, señaló- o los cambios de hora de algunas de las actividades previstas. "Se non fose polo mercado medieval", dijo, "ninguén se decataría de que Ourense estana na súa semana grande", señala el PP, que pide explicaciones por el alto coste de las fiestas, algo más de 310.000 euros sin contar el Derrame. "Foron máis de 400.000 euros que non se viron nin percibiron nas rúas, preto de medio millón de tódolos ourensáns que non conseguiron imprimir ambiente festivo polas rúas da cidade", según el PP.

Las cifras

Pero la programación atrajo a miles de personas, dijo el técnico municipal Manuel Freire, que cifró en 40.000 las personas que pasaron por el mercado medieval, la actividad más concurrida. Según sus datos, el BurgasFest reunió a 3.000 aficionados a la música, y Fangoria más del Derrame sumaron a 10.000. Unas 5.000 personas habrían presenciado el desfile de gigantes y cabezudos del sábado, mientras Cristina Pato reunía en su concierto a unas 2.500. La Coral De Ruada, que puso el punto final a programación de este año, congregó a 2.000 aficionados y el teatro de calle sumó otros 5.000. Fue una novedad que sorprendió agradablemente la sesión vermú, en los jardines del centro de interpretación de As Burgas, tanto que se repetirá, por lo menos en los meses de verano.

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