METEOROLO

Las borrascas de diciembre duplican el caudal de los ríos

El paso de Ana y Bruno deja a los ríos Miño, Sil y Támega con mejor aspecto que hace un mes 

El paso de las borrascas Ana y Bruno por la provincia de Ourense durante la segunda quincena de diciembre ha contribuido a mejorar significativamente la precaria situación de ríos y embalses, aunque tanto las cuencas hidrográficas Miño-Sil y Duero (que afecta a la zona de Verín) permanecerán de momento en alerta por sequía.

Las abundantes precipitaciones del mes de diciembre, acordes a las previsiones que habían realizado y que tenían en las distintas confederaciones hidrográficas, podrían convertir este mes en el más lluvioso de 2017 si se cumplen las predicciones meteorológicas en los próximos días.

A estas alturas, si cae agua los tres días que restan para finalizar el año, el mes de diciembre será el que más días de lluvia registre de todo el año (superando los 14 del mes de febrero). A día de hoy, han caído en la ciudad ya 111 litros por metro cuadrado, una cifra superior a toda la lluvia acumulada en septiembre, octubre y noviembre.

El paso de las borrascas de forma más regular ha contribuido a que la situación de los embalses haya mejorado, con un incremento de siete puntos porcentuales desde el pasado 26 de noviembre, al pasar de un 44% de llenado a más de un 51% de media en la provincia.


Más significativo ha sido el aumento de los caudales de los principales ríos de las cuencas, que se han visto incrementados de forma significativa


El río Miño, pese a estar un 80% más bajo que la media histórica, ha incrementado su caudal en un 60% en apenas un mes; mientras que el río Sil a su paso por O Barco de Valdeorras dobló la cantidad de agua que discurre por su cauce en ese mismo periodo.

Más significativo si cabe ha sido el aumento del caudal en el río Támega en la zona de Castrelo do Val y Verín. Según confirmaba ayer la Confederación Hidrográfico del Duero, en apenas un mes ha pasado de estar prácticamente seco a registrar una media de 6,2 m3/s, con picos de hasta 15m3/s, un caudal todavía "anormal" para esta época del año.

Pese a estos datos, la escasez de precipitaciones en los dos primeros meses de este año hidrológico (iniciado en octubre), hace que la provincia haya recibido en estas fechas todavía un 30% menos de agua que la media histórica, lo que impide dejar atrás la alerta por sequía. 

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