El Parque Botánico de Montealegre de Ourense, creado como referente ambiental, cumple seis meses como “chatarrero” de la ciudad. El Concello decidió en verano repartir por el entorno natural al menos cinco de los emblemáticos quioscos de la urbe, después de retirarlos de las calles. Medio año después, la imagen del Botánico no ha variado: el gobierno local todavía no ha decidido cuál será el futuro de los puestos, por lo que continúan “aparcados” en pleno recinto ambiental. Uno de los quioscos, ubicado en la entrada, funciona como baño “improvisado”: la puerta está abierta y muchos son los visitantes que lo utilizan.
Al igual que numerosos visitantes que no entienden por qué se encuentran los quioscos almacenados en el parque botánico, desde la asociación Ecoloxistas en Acción critican la “dejadez” del Concello, y ponen sobre la mesa los riesgos ambientales asociados a la falta de gestión de los residuos. “Lo habitual en estos casos es que una empresa especializada se ocupe de la recogida, tratamiento y recuperación. Con la lluvia y el sol, los quioscos van soltando elementos contaminantes para la tierra y la vegetación, un peligro para la fauna y para los visitantes”, explica la portavoz, Nancy Blanco.
La ecologista también pone el foco en la importancia del reciclaje: “Es una necesidad ambiental y económica, en la que las administraciones tienen que estar implicadas. Gracias a la recuperación de materiales y su posterior reciclado contribuimos a frenar el despilfarro de materias primas”. Blanco señala la falta de compromiso ambiental por parte del gobierno local, que aún no ha aprobado la programación del Jardín Botánico para este trimestre.
