El butrón se abrió desde una oficina que está en alquiler

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photo_camera La pared de la gestoría donde los asaltantes practicaron el butrón quedó ayer reparada.

Buscaron una caja fuerte en el despacho de los abogados y robaron 8.500 euros, pero desistieron de hacer el butrón allí

Los atracadores accedieron al interior del almacén tras practicar un butrón en la pared de un local del primer piso que está en alquiler desde hace cuatro meses. El local estuvo ocupado por una gestoría que se ha trasladado a otro edificio en la misma calle Progreso. Los asaltantes habrían intentado primero llegar a la joyería desde un despacho de abogados, como explicaron fuentes oficiales el domingo, pero al parecer desistieron porque el tabique presentaba dificultades.

En esa pared, en la estancia principal del despacho, hay una estantería formada por gruesas baldas encajadas en el muro. "Tiraron alguno de esos libros, pero según nos comentó la Policía decidieron que por aquí les iba a ser difícil", explicó ayer uno de los abogados mientras mostraba decenas de carpetas sobre el sofá, la mesa y las sillas que habían ido recogiendo del suelo. "Reventaron la puerta de entrada y luego lo revolvieron todo. Movieron todos los muebles porque probablemente buscaban alguna caja fuerte, e incluso rompieron una repisa para ver qué había en el hueco". El abogado indica que les han robado 8.500 euros en metálico, pero que no se llevaron nada más, "ni tocaron los equipos informáticos".


Los asaltantes forzaron después la puerta de la oficina que está justo al lado de la entrada principal del almacén de joyas. En el interior sólo quedaban sillas y mesas. Y una estantería en la sala de reuniones que da a la calle; la que rompieron para realizar el butrón (apenas un metro cuadrado).


Por ese hueco entraron y salieron del almacén en cuanto se percataron de que había saltado una de las alarmas. Los propietarios de la gestoría decidieron no hablar por respeto a la decisión de la empresa de joyas de no comentar el incidente. En cualquier caso, los daños en su local se limitan al destrozo en el mueble de la estantería y en la pared. No había ni documentación ni equipos informáticos. De la puerta seguía ayer un folio en el que indican su nueva dirección.

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