La identidad del cadáver hallado el martes entre la basura orgánica que llega a la planta de Sogama en Cerceda (A Coruña) pertenece a Victoriano Ruiz Cano (57 años), nacido de la localidad de Montemolín, en Badajoz, pero sin domicilio conocido. Todo apunta, según confirmaron las primeras conclusiones extraídas de la autopsia, que la muerte le sobrevino por causas naturales. La principal hipótesis barajada para situar su cadáver entre los residuos domésticos pasa porque falleció cuando dormía en un contenedor de basura emplazado en algún barrio de la ciudad de Ourense o su periferia tratando de protegerse del frío.
La empresa Sogama fue la que determinó que el cuerpo sin vida de un varón de mediana edad procedía de la basura que se recoge en la provincia de Ourense, a través de la planta de transferencia de San Cibrán das Viñas. Fuentes de esta empresa explicaron que el cuerpo llegó a sus instalaciones centrales desde la referida planta de transferencia, que da servicio a la ciudad de Ourense y los ayuntamientos de su periferia: Allariz, Taboadela, Barbadás, Maceda, Pereiro, San Cibrán, Toén así como a los concellos de A Bola, Carballeda de Avia, Melón y Vilar de Barrio.
El cadáver apareció desnudo de cintura para abajo y se encontraba bastante deteriorado por la propia acción de los sistemas de tratamiento de residuos. En la prenda que llevaba en la parte superior figuraba algo similar a una inscripción, pero prácticamente ilegible.
El cuerpo sin vida fue hallado por los propios empleados de la planta de Sogama a media mañana del martes cuando realizaban el triaje de los residuos voluminosos (gran tamaño), una labor que se practica de forma manual.
El cadáver entró en la línea de procesado desde uno de los contenedores de 20 toneladas que llegan por ferrocarril a Cerceda desde la estación de Taboadela. Una pinza de grandes dimensiones lo recogió del foso en el que se acumulan los residuos y lo basculó en una tolva en donde unos cilindros hidráulicos realizan la primera criba.
El cadáver apareció desnudo de cintura para abajo y se encontraba bastante deteriorado por la propia acción de los sistemas de tratamiento de residuos. En la prenda que llevaba en la parte superior figuraba algo similar a una inscripción, pero prácticamente ilegible.
El cuerpo sin vida fue hallado por los propios empleados de la planta de Sogama a media mañana del martes cuando realizaban el triaje de los residuos voluminosos (gran tamaño), una labor que se practica de forma manual.
El cadáver entró en la línea de procesado desde uno de los contenedores de 20 toneladas que llegan por ferrocarril a Cerceda desde la estación de Taboadela. Una pinza de grandes dimensiones lo recogió del foso en el que se acumulan los residuos y lo basculó en una tolva en donde unos cilindros hidráulicos realizan la primera criba.
