El relato del herido, que será operado en A Coruña, se adivina clave en el caso
El joven que apareció herido en la madrugada del domingo tras caer del Puente Romano, Óscar P.C., de 20 años, continuaba en la tarde de ayer en el servicio de reanimación del CHUO a la espera de ser trasladado al hospital Juan Canalejo de A Coruña para ser sometido a un intervención quirúrgica. Su evolución clínica es favorable (está fuera de peligro), después de ser tratado de un traumatismo cranoencéfalico y de una rotura en los huesos de la pelvis.
Mientras, la Policía Nacional continúa con las pesquisas para esclarecer lo que le pasó, si se cayó por propia voluntad del puente o fue empujado por alguna persona. Los agentes no descartan la posibilidad de que la caída se produjera después de una reyerta con otros jóvenes en el mismo puente. Su testimonio es fundamental para arrojar luz sobre lo sucedido y los investigadores están a la espera de que se recupere para tomarle declaración.
Oscar P.C. trabaja como camarero en una cafetería del parque de San Lázaro, en la que ayer estaban pendientes de cualquier noticia que pudiera llegar sobre su estado de salud del CHUO.
Una patrulla de la Policía Local lo encontró sobre las seis y media de la mañana tirado en el suelo, junto al pilar del puente más cercano a la ermita de Os Remedios, en medio de un charco de sangre. El joven, que estaba inconsciente según dio a conocer ayer este periódico, fue traslado en ambulancia al CHUO.
Al lugar acudió una unidad de Seguridad Ciudadana de la comisaría que inspeccionó la zona a la búsqueda de pruebas que permitieran esclarecer lo que sucedió. Los agentes recabaron información entre sus compañeros de trabajo y amigos, pero de sus testimonios no salió nada positivo. Según pudo saber este periódico, el joven regresaba a su domicilio solo, después de pasar unas horas de diversión en el centro de la ciudad.
