El proyecto del Campo da Feira, promovido por el Concello, se supeditará al traslado del matadero, con el nuevo Plan

Caldaria se adelanta e impulsa su hotel balneario en la ribera del Miño

Panorámica del entorno de la buvette, en la ribera derecha del Miño, con dos proyectos pendientes. (Foto: JOSÉ PAZ)
El Grupo Caldaria reactiva su proyecto de construcción de un hotel-balneario en la margen derecha del río Miño, entre la buvette que está a punto de ser inaugurada y las fuentes de O Tinteiro, en un terreno donde ya ha adquirido el 60% de la propiedad.
Entre ese porcentaje y el 15% en aprovechamientos urbanísticos y parcela, propiedad del Concello, con el que negociará para ese fin -la iniciativa incluye una gran zona verde en el espacio que dejaron unas naves azucareras ya derribadas-, la empresa de la Fundación San Rosendo vuelve a avanzar en una instalación que, de materializarse, se convertiría en el primer hotel-balneario de Ourense, por delante de las iniciativas públicas, que no acaban de cuajar, al menos de momento.

El plan de Caldaria es ya conocido en el Consistorio, no últimamente, sino desde hace un año, aunque en junio pasado sufrió un parón por dificultades a la hora de la adquisición del suelo necesario para ubicar su instalación, al menos para tener la mayoría del área de reparto, la 36-N, incluida en la ordenación provisional.

Aunque la empresa tramita el proyecto con sigilo y suma discreción, su intención -a juzgar por su anteproyecto- es la construcción de un recinto de cuatro o cinco estrellas, con gran capacidad para convenciones y amplias instalaciones balnearias. Actualmente tramita las cuestiones hidráulicas, superada ya otra tramitación urbanística. Es, pues, uno de los establecimientos que el alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, desveló el lunes en la ciudad mexicana de Tlalnelpantla de Baz cuando anunció que el año 2014 será el que defina dos hoteles-balneario termales en las riberas del Miño, el de Caldaria y otro, que apenas está esbozado, al lado del Campo da Feira, de materialización más compleja porque se supedita al traslado del matadero municipal a Santa Cruz de Arrabaldo, y eso sólo llegará con el nuevo Plan de Urbanismo, que aún tiene un largo recorrido por delante.

A CHAVASQUEIRA

Precisamente en esa misma zona, en el área de reparto AR-38-N (Chavasqueira II), la constructora Age Copasa Inmobiliaria anunció hace dos años un hotel también en las riberas del río, muy cerca de las termas públicas y de gestión privada de A Chavasqueira. Presentó incluso el boceto de dos torres, una residencial y otra hotelera con espacio comercial, pero la coyuntura económica aconsejó aplazar este proyecto. Con todo, se realizaron prospecciones en busca de agua termal, aunque no se avanzó en la tramitación de permisos urbanísticos de obra.

Eso en las riberas, porque en el centro de la ciudad, en el espacio de As Burgas, el gobierno local avanza en la licitación de otro gran espacio para un uso balneario y hotelero, el que deberá tener como eje la vieja cárcel de la calle Progreso, aunque engloba también los antiguos Baños de Outeiro y el solar de Xardín das Burgas, pendientes de expropiar.

Y aún queda, pero ya a largo plazo, la conversión de otro entorno en ese mismo espacio termal, en este caso el colegio de las Josefinas y su patio colindante con las fuentes termales, un asunto delicado que el Concello comienza a explorar pero del que no quiere oír hablar la orden religiosa que rige actualmente ese centro escolar, porque tendría que ser reubicada en otro lugar.

Catorce años esperando por la gran instalación
En realidad, la declarada como 'Capital termal de Galicia' no tiene en este momento ni un hotel balneario en su término municipal, una gran instalación al estilo de la británica Bath o de la alemana Baden Baden, que sea el eje del desarrollo del termalismo. Proyectos, eso sí, hubo varios, todos aún pendientes de materialización.
Al margen de la Casa de Baños y los Baños de Outeiro y de algún proyecto balneario mediado el siglo XX, que no llegó a fructificar, el exalcalde Manuel Cabezas daba la campanada en diciembre de 1999 firmando un convenio con un empresario vigués, Basilio Martínez Serodio, para construir un gran hotel balneario al lado del Barbaña, a unos pasos de las fuentes termales de As Burgas; un edificio de nueve plantas en superficie y hasta cuatro sótanos de aparcamientos y servicios. Fue el primer intento reciente de dotar a la ciudad de un recinto emblemático, aunque en este caso errado por el impacto que suponía al lado de las fuentes, por la inexperiencia de la empresa promotora, por el escándalo político que provocó aquel acuerdo y porque, cuando por fin se inicio la obra, con cinco años de retraso, a punto estuvo de acabar con el caudal de As Burgas.
Desde entonces, los proyectos reales han sido escasos, el de Caldaria y Copasa (éste más hotel que balneario) desde la iniciativa privada, y otros dos de promoción pública, al lado del Campo de la Feria y en la vieja cárcel, el que parece más viable actualmente, aunque nuevamente la iniciativa privada, que lo gestionará, será fundamental.

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