HISTORIA

Camilo vio A Peroxa por última vez

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photo_camera El antiguo Hospital Militar de San Ambrosio en la Habana, donde estaba internado el soldado de A Peroxa en 1885 y Carlos de la Torre, un estudioso de los moluscos, trató a Camilo Martínez.

A finales del siglo XIX, un ourensano estuvo interno durante 14 meses en un hospital cubano por el "mal de la nostalgia". Un naturista experto en caracoles innovó con él y lo curó gracias a una gaita. Ahora sabemos que regresó a Galicia

Dos gallegos se convirtieron en los locos oficiales de la capital de Cuba a finales del siglo XIX. "El Caballero de París" era lucense y vagó por las calles de La Habana con su capa negra y una bolsa llena de papeles tras media vida condenado por un crimen que nunca cometió. Y "El cataléptico de la Habana" era un soldado de A Peroxa que solo tenía 22 años cuando le diagnosticaron el llamado "mal del destierro". Llenó las crónicas de la prensa cubana y gallega en 1885 y 1886 porque un naturista experto en moluscos aplicó una novedosa técnica para el morriñento: la gaitoterapia.

"Hace ya bastante tiempo, y entre los reclutas destinados a Ultramar, llegó a La Habana un quinto gallego que a los pocos meses de su residencia en la isla de Cuba, se sintió enfermo del mal del destierro, nostalgia que acomete con frecuencia a los hijos del norte de España. Se agravó su situación, quedando en completa postración sin más señales de vida que la de respirar débilmente", cuenta sobre el ourensano Camilo Martínez Rueda una crónica de la época.

Pasaron 14 meses hasta que el mediático cataléptico conociese al doctor Carlos de la Torre y Huerta, un joven malacólogo cubano con un dolor opuesto al del soldado de A Peroxa: tener que volver a su tierra por haber adquirido fiebres palúdicas en su búsqueda de caracoles terrestres por el mundo.

El "cataléptico de la Habana" lloró cuando un paisano le habló gallego al oído. Fue su primera reacción a un letargo que llenó las crónicas de la época

"Por fin y cuando el cataléptico llevaba 18 meses de permanecer en aquel estado, apurados los recursos de la ciencia, y atónitos los facultativos que le asistían, se mandó que tocaran la muiñeira en la misma habitación del enfermo y se notaron alteraciones en el semblante. Se repitió la música, un paisano suyo le habló el dialecto gallego al oído y a esta segunda experiencia respondió el cataléptico derramando abundantes lágrimas, pero sin hacer movimiento alguno", cuenta otra crónica, esta vez de la prensa gallega, cuando el doctor Carlos de la Torre solicitó estudiar el caso bebiendo de la musicoterapia que Charcot llevaba a cabo en La Salpêtrière de París para pacientes con "monomanie du pays".

"Muchas personas han asistido al Hospital Militar con objetivo de ver al infeliz hijo de Galicia que de un mes a esta parte da señales de vida mediante el tratamiento al que se le ha sometido. Con este procedimiento se ha obtenido que el enfermo se mueva, y también que acompañe la música con las manos. El despertar se acerca", continúa la historia otra crónica.

Del recluta de A Peroxa dicen otros periódicos de la época que de perder el habla y el movimiento pasó a jugar reñidas partidas de brisca con sus paisanos. "Felicitemos todos del feliz resultado obtenido y felicitemos también a las hermanas de la Caridad, médicos, gaiteito, vecinos de A Peroxa, socios del Centro Gallego y demás personas que han dispensado a nuestro desgraciado sus prolijos cuidados y atenciones", escribe El Eco de Galicia en 1886.

David Simón Lorda, del servicio de psiquiatría del CHUO, estudia el caso desde el 2005. Entonces, no averiguó el destino del "cataléptico de La Habana". A través del blog de un médico cubano comprobó que Camilo Martínez pudo volver.



Los dementes delsiglo XIX

"El soldado cataléptico del Hospital Militar, ha embarcado el 15 con rumbo a la Península. Emprendió su viaje completamente reestablecido", dice el Eco de Galicia, el 19 de septiembre de 1886. Las averiguaciones de Lorda hablarían de que el de A Peroxa volvió demente. "El término demencia a finales del siglo XIX haría referencia a una depresión. Incluso en Ourense en la misma época había las llamadas celdas para dementes en el hospital", explica el psiquiatra.

La revisión del caso clínico más reciente que ha realizado Lorda lo lleva hoy a otro posible diagnóstico. "Despues de conocer lo que describían los médicos, me decanto más porque sufrió un proceso psicótico o una encefalitis", manifiesta. Nada más se supo del misterioso gaitero que pudo curar al dolorido por "nostalgia", un mal que en Galicia se siente aún hoy y tiene nombre propio: morriña. 


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Karl Ludwing: El psiquiatra alemán fue el primero en describir, en 1868, la catatonía, relacionada con la catalepsia como un "síndrome psicomotor". 

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Carlos de la Torre: El médico cubano experto en moluscos trató al cataléptico de A Peroxa bebiendo de los estudios de musicoterapia del francés Charcot.

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David Simón Lorda: El psiquiatra del CHUO contextualizó el caso etiquetado como catalepsia en varias investigaciones desde hace una década. 

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