El camión cargado de calamares congelados que cayó al río Miño tras colisionar con un turismo en la carretera N-120, a su paso por Nogueira de Ramuín, vertió 800 litros de gasóleo, además del líquido de frenos y el aceite del motor, al caudal.
Una potente grúa retiraba ayer del río Miño el camión articulado que cayó al agua tras colisionar con un turismo en la N-120, en Nogueira de Ramuín.
Los trabajos comenzaron a las 09.00 horas y obligaron a Tráfico a cortar uno de los carriles del vial y dar paso a los conductores por el otro. Mientras, los tres trabajadores que manejaban la grúa; personal de la empresa a la que pertenece el camión, con sede en Cotobade (Pontevedra) y efectivos de Carreteras, además de Protección Civil, se afanaban en sacar el vehículo del río, tarea que se prolongó hasta las 12.00 horas. El camión, que transportaba 21,5 toneladas de calamares congelados, que permanecen en el caudal del río, una vez puesto en carretera fue cargado en un tráiler, que lo remolcó hasta un taller.
Ya con el río despejado, los técnicos de la Confederación Hidrográfica pudieron confirmar las sospechas que tenía nada más registrarse el siniestro, a las 15.35 horas del lunes; los 800 litros de gasóleo que almacenaba el vehículo en su depósito había salido al exterior, provocando una gran mancha negra sobre el agua. Al gasóleo se sumó el líquido de los frenos del vehículo y el aceite del motor.
Los técnicos desplegaron dos barreras para evitar que la mancha se extendiera. Una de las barreras es de absorción y la otra de contención para retener, tanto el gasóleo como la carga de calamares. El combustible está muy acotado y las barreras permanecerán en el río el tiempo que es necesario, hasta recoger todo el combustible, afirmaron en la Confederación.
Los técnicos del organismo de cuenca recogieron muestras de agua para determinar el grado de contaminación aguas abajo del río.
Los trabajos comenzaron a las 09.00 horas y obligaron a Tráfico a cortar uno de los carriles del vial y dar paso a los conductores por el otro. Mientras, los tres trabajadores que manejaban la grúa; personal de la empresa a la que pertenece el camión, con sede en Cotobade (Pontevedra) y efectivos de Carreteras, además de Protección Civil, se afanaban en sacar el vehículo del río, tarea que se prolongó hasta las 12.00 horas. El camión, que transportaba 21,5 toneladas de calamares congelados, que permanecen en el caudal del río, una vez puesto en carretera fue cargado en un tráiler, que lo remolcó hasta un taller.
Ya con el río despejado, los técnicos de la Confederación Hidrográfica pudieron confirmar las sospechas que tenía nada más registrarse el siniestro, a las 15.35 horas del lunes; los 800 litros de gasóleo que almacenaba el vehículo en su depósito había salido al exterior, provocando una gran mancha negra sobre el agua. Al gasóleo se sumó el líquido de los frenos del vehículo y el aceite del motor.
Los técnicos desplegaron dos barreras para evitar que la mancha se extendiera. Una de las barreras es de absorción y la otra de contención para retener, tanto el gasóleo como la carga de calamares. El combustible está muy acotado y las barreras permanecerán en el río el tiempo que es necesario, hasta recoger todo el combustible, afirmaron en la Confederación.
Los técnicos del organismo de cuenca recogieron muestras de agua para determinar el grado de contaminación aguas abajo del río.
