OURENSE

El Campus investiga cómo explotar las zonas protegidas

La investigadora Lidia Blanco, una de las componentes del grupo (JOSÉ PAZ)
photo_camera La investigadora Lidia Blanco, una de las componentes del grupo (JOSÉ PAZ)

Un estudio analizó la percepción de los gestores y propietarios de alojamientos de cinco espacios naturales de la provincia, y concluyó que la competitividad "diminúe cos anos"

Uno de los retos de futuro del rural ourensano es poner en valor el potencial turístico de sus área protegidas. Siendo una provincia de gran riqueza natural y paisajística, Ourense todavía no ha alcanzado unas cifras de visitantes que lo consoliden como una referencia a nivel nacional.

Con el objetivo de delimitar más sus fortalezas y flaquezas, un equipo de investigadoras del Campus, correspondiente al departamento de Organización de Empresas y Marketing, elaboró un estudio estadístico de las competitividades turística, económica y social de los parques naturales de la Baixa Limia-Serra do Xurés, O Invernadeiro y Serra da Enciña da Lastra, así como las dos reservas naturales de la provincia -Área de Allariz y Xurés-Gerês-. Este proyecto fue reconocido por la Diputación y el Campus dentro de las ayudas Inou para la investigación.

El grupo, integrado por Lidia Blanco, Ana Gueimonde e Isabel Diéguez, entrevistó a los gerentes -perspectiva pública- y a un grupo de responsables de establecimientos turísticos -perspectiva privada- de los cincos espacios estudiados, siguiendo cuatro criterios: recursos existentes, gestión medioambiental, factores institucionales que establecen la categoría de protección y relaciones de cooperación entre agentes implicados.

Lidia Blanco destaca como una de las principales conclusiones de este estudio que "os recursos constitúen a dimensión máis valorada entre os factores determinantes da competitividade dos destinos", mientras que en el otro extremo se encuentra la cooperación. "Esta é unha limitación das áreas protexidas, en opinión dos responsables dos aloxamentos turísticos", afirma Blanco.

Uno de los aspectos que más destaca la investigadora ourensana es que la competitividad de las áreas protegidas "vén diminuíndo nos recentes anos", mientras que la satisfacción con la calidad de vida que ofertan "resulta considerablemente elevada, ao igual que a importancia do turismo como factor impulsor desa calidade de vida". Como reto de futuro, Lidia Blanco apunta que las áreas protegidas "deben seguir traballando na busca dunha competitividade sustentable en termos económicos e sociais coa participación de todas as partes".

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