Vecino de Listanco (Maside), el juez lo acusa de un delito contra la salud pública y tenencia ilícita de armas
La operación policial que desplegaron el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Nacional Republicana portuguesa, bajo el nombre de 'Licor Ibérico', contra una red que distribuía aguardientes ilegales, finalizó con cuatro detenidos en Ourense, otros dos en Vigo y diez en Portugal. Los arrestados en Galicia pasaron ayer por la mañana a disposición del Juzgado de Instruccion número 1 de Vigo, cuyo titular ordenó el ingreso en prisión de uno de los arrestados en Ourense, Carlos R.A., vecino de Listanco, en Maside, acusado de un delito contra la salud pública y tenencia ilícita de armas y que se sospecha que era el cabecilla de la red en la provincia. Los otros cinco detenidos quedaron en libertad, imputados por un delito contra la salud pública. Además de Carlos R.A., en Ourense también fue detenida su esposa, un vecino de Reboredo (San Cibrao das Viñas) y un vecino de la avenida de Santiago, en Ourense
A Carlos R.A. los agentes le intervinieron durante un registro en su casa en Listanco un arsenal de armas, integrado por 12 pistolas, cuatro fusiles, tres escopetas, dos pistolas detonadoras y otra eléctrica, además de una granada. En esta misma vivienda fueron localizados 350.000 euros en efectivo.
En la operación, que conllevó registros en Ourense y Vigo, además de las ciudades lusas de Lisboa, Oporto, Santarén, Aveiro, Viana y Leiria, los agentes decomisaron 65.000 litros de alcohol etílico (45.000 en Galicia y 20.000 enPortugal), 36 teléfonos móviles y 21 vehículos, siete matriculados en España y el resto en Portugal.
La Guardia Nacional Republicana estima que la red vendía productos en Portugal eludiendo el pago de impuestos que calculan en 3.000.000 euros. Desde la Policía Nacional aseguraron que los arrestados utilizaban, para elaborar los licores, alcohol puro de unos 96 grados, que no es del que se utiliza para hacer este tipo de bebidas, con la agravante de que también "era de procedencia ilícita".
Según las mismas fuentes, además le añadían "un montón de aditivos perjudiciales, sin control y no contemplados para el consumo humano" . Después lo vendían como licor de hierbas o licor café. En total, la red vendía unos 10.000 litros semanales de este producto, que distribuían, con etiquetas aparentemente legales, en bares, cafeterías y restaurantes.
