Entrevista

Carl Barker, marido de Albina Nesterova, fallecida en Nogueira: "Albina me dejó un mensaje en su libreta roja"

photo_camera Carl Barker, marido de Albina Nesterova, mujer fallecida en Nogueira de Ramuín
Han pasado tres meses desde que Albina Nesterova, vecina de Requeixo de 62 años y origen ucraniano, apareciera en el camino que conecta O Toxedo y Malburguete, en Nogueira de Ramuín. Su marido, Carl Barker Smith habla por primera vez con los medios y relata sus vivencias, mientras espera encontrar los porqués de la muerte de Albina en una libreta roja que aún está en los juzgados y que desea recuperar cuanto antes

Era el pasado 6 de diciembre. Había sobrevivido a una noche gélida, estaba semidesnuda y presentaba un golpe en la cabeza. Mientras ella perdía la batalla por la vida en el CHUO, su marido, Carl Barker, la buscaba contrarreloj. Fue en la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense donde se enteró de que había fallecido. La maquinaria de la investigación se puso en marcha con todas las hipótesis abiertas, incluida la de un posible caso de violencia machista. Cuando hace unos días el informe forense concluyó que la muerte había sido por hipotermia, Carl dejó de estar bajo sospecha. Él ni siquiera era consciente. Atrás quedaban ochenta días de silencio, dolor y muchas preguntas.

Carl Barker con Matilda, su perra, durante la entrevista
Carl Barker con Matilda, su perra, durante la entrevista

¿Qué historia hay detrás de una ucraniana y un británico que deciden instalarse en Requeixo?

Conocí a Albina en Ucrania. En julio haríamos trece años de casados ­-relata mientras se ajusta el chaleco que ella le regaló y muestra el caballete de pintura que sigue tal como ella lo dejó-. Yo estoy jubilado desde los 55 años, después de muchos años trabajando en la Rolls Royce y la Bentley. Estuvimos en Bulgaria, teníamos una casa preciosa. Hace tres años vinimos a España porque me apasiona la observación de las aves y por el amor de Albina por la pintura. 

Ya sabemos algo más de lo que pudo pasar. Primero, ¿cómo está? 

Estoy mejor de lo que estaba con este dolor tóxico que siento. Lloré todos los días durante las primeras seis semanas, voy mejor -se emociona-. 

A Albina le gustaba mucho pintar, se sentía afortunada, era muy inteligente

Lo que era un paseo acabó en tragedia, ¿qué sucedió?

Albina me dijo que se iba a dar un paseo con Matilda, nuestra perra. Eran sobre las tres de la tarde. Yo me fui a dormir una siesta y escuché un ruido. Imaginé que sería ella en el jardín, le encantaba la jardinería. Luego escuché calma… y a la perra. Miré desde la ventana y allí la vi, simplemente alejándose. Le grité, ¡Albina, Albina!, pero no se giró. Al no regresar pensé que algo iba mal. Cogí mi coche y recorrí la carretera. Ni rastro. Ella solía caminar entre los árboles. Si me hubiese metido por los caminos… Últimamente pensaba en negativo y creía que todos hablaban de ella. 

Carl mira una foto de Albina en su ordenador
Carl mira una foto de Albina en su ordenador

¿Por qué no denunció hasta el día siguiente, casi al tiempo que unos vecinos encontraban a Albina?

Creí que había que esperar veinticuatro horas para alertar. Salí a buscarla en todas las direcciones. No dormí nada. Imaginé que igual se había ido a dormir a un hotel a Ourense. Durante esa noche, me escribí con su hijo. Pensé que volvería… Por la mañana fui a la policía, pero no sabía ni dónde estaba. Decidí ir a la comisaría, me dirigieron a otro punto y, tras parar a un coche patrulla, me indicaron que fuera a la Guardia Civil. 

La barrera del idioma lo complicó todo aún más…

No me entendían. Estuve horas explicándome y, cuando pude comunicarme a través de una intérprete, me informaron de que habían encontrado a una mujer, viva. Me dieron detalles, no muy concretos, pero yo sabía que podía ser ella. Volví a mi casa y al llegar me comunicaron que había fallecido, era Albina. 

Yo era demasiado británico para los vecinos

¿Qué diría a los que le definieron como un hombre extraño y sospecharon de usted?

No pude llorar, no podía pensar. Regresé a casa. Recuerdo que hacía un tiempo terrible. La policía me recomendó que no hablase con nadie. Se portaron muy bien, me preguntaron por las posibles razones, tomaron muestras, registraron los coches, mi ordenador y mi wasap. No sé si alguien pensó que yo estaba incriminado, pero yo no supe nada, no leo la prensa ni veo la televisión… Han sido tres meses de sufrimiento y espera.

Retratos de Carl Barker pintados por Albina Nesterova
Retratos de Carl Barker pintados por Albina Nesterova

¿Cuándo empezó a entender lo sucedido?

Cuando hallaron el bolso de Albina, unos días después, dentro estaba su libreta roja y dos botes vacíos de somníferos. 

¿No hubo avisos previos?

Si, pero no pensé que esto podría pasar. Estaba cada vez más hundida y hacía tres meses que había ido al médico. Cambiamos de dormitorio porque le alteraba el ladrido del perro de los vecinos. Se despertaba sobre las tres de la madrugada y ya no dormía más: iba al ordenador, pintaba, escribía a sus amigos en Ucrania, hablaba de la guerra… la guerra le obsesionaba, era terrible ver su ciudad bombardeada. Luego se metía con el ordenador en su dormitorio y veía vídeos de Rusia y Ucrania. Coincidíamos menos. Pero todas las noches le iba a despedir a su cuarto. Una vez me dijo: “no vengas a decirme adiós esta noche, estoy muy cansada”. Luego supe que se había tomado 6 pastillas. Le dije que no lo volviese a hacer. 

Se despertaba sobre las tres de la madrugada y ya no dormía más: iba al ordenador, pintaba, escribía a sus amigos en Ucrania, hablaba de la guerra… la guerra le obsesionaba, era terrible ver su ciudad bombardeada.

Al archivarse el caso, ¿está más tranquilo? 

Si, pero estoy volcado en conseguir su incineración. Su hijo me pidió que le lleve las cenizas a Alemania, a donde se mudó a raíz de la guerra de Ucrania. 

Cuadros pintados por Albina Nesterova en su estudio
Cuadros pintados por Albina Nesterova en su estudio

Estaban juntos, solos los dos, y ahora, ¿qué apoyo le queda aquí?

No tengo a nadie excepto a Diana y Fran, un matrimonio de Ourense. Me escriben o llaman todos los días. Son los únicos que me ayudan y se interesan por mí. Esta Nochebuena me invitaron a cenar, fue la primera Navidad sin ella. 

El mensaje de despedida que Albina escribió en su libreta roja: “Por favor, perdóname, Carl. Te quiero”

¿Qué más tiene pendiente?

Necesito volver al juzgado con Diana, ella habla inglés, y recuperar la libreta roja que tenía Albina en la cocina. Era una libreta normal, con la lista de la compra y recetas. En ella escribió cosas… -se emociona-.  La policía me llamó para transmitirme el mensaje de despedida que Albina escribió en su libreta roja: “Por favor, perdóname, Carl. Te quiero”. Es posible que en ella me haya escrito algo más. No sé, ¿sus últimas voluntades? 

Dibujo de un halcón peregrino realizado por Carl Barker
Dibujo de un halcón peregrino realizado por Carl Barker

La guerra en Ucrania no ayudó al estado de ánimo de Albina y la relación con los vecinos sumó tensión, ¿fue tan insalvable?

No teníamos problemas. Cuando vinimos nos pareció precioso, buena gente y una casa con un gran estudio para pintar juntos. Rehabilitamos la casa con nuestras propias manos. Todo iba bien. Un día la vecina vino con una amiga y pidió que le enseñáramos inglés, pero Albina le dijo que estaba ocupada. Desde ese momento, la relación se rompió. Por no hacer lo que ellos querían, ¿te imaginas? Yo era demasiado británico para ellos. Después vinieron las quejas por mi música y por su perro, el perro fue el comienzo de todo. Pero no quiero hablar de eso, no me la va a devolver.

¿Va a quedarse aquí?

Después de lo sucedido quería irme. La veo en todas partes, sus cuadros… no puedo. Poco a poco mi mente se va calmando y, por ahora, aquí estoy.

¿Ha vuelto a observar y pintar pájaros?

Estoy pensando en montar una exposición y una subasta benéfica para Ucrania con la obra de Albina. Yo he intentado pintar, pero es difícil. Si hubiera hablado conmigo, no habría pasado esto, pero pintaré esas aves. Necesito tiempo.

Al escuchar a Carl, la historia de él y su mujer Albina en Requeixo apunta a una de esas vidas de acompañamiento en pareja, pero también de gran soledad; de mucha preocupación por lo que pasa en la tierra de origen, en este caso, una terrible guerra. También es reflejo de una clara falta de integración o de ser integrados, quizá de rechazo al diferente y de cómo el idioma y las costumbres foráneas pueden ser un elemento tan distanciador que, sin saber muy bien cómo, se pasa de un plan de vida buscado y perfecto, a la dolorosa pérdida de un ser querido que, tal como opina Carl, podría haberse evitado. Detrás del fallecimiento de Albina Nesterova, aquella noche por hipotermia, está la asignatura pendiente de la salud mental.

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