Carpetazo definitivo a la senda peatonal y ciclista de Reza, que había despertado las quejas de los vecinos. El Diario Oficial de Galicia publicó ayer la resolución por la que deja sin efecto el proyecto sometido en su día a información pública en la senda de la carretera OU-402. La previsión ahora es redactar un nuevo proyecto que reducirá, según avanza la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, que “as afeccións ás propiedades”. El objetivo es ejecutar la senda en la margen derecha, en un tramo de casi 2,7 kilómetros que no tiene aceras, para reforzar la seguridad de los peatones.
Reinicio del proyecto
Ahora se reiniciará el procedimiento para dar respuesta a la necesidad de movilidad de los vecinos “de forma consensuada”. Para ello, la consellería asegura que mantienen una “liña continua de diálogo” con los representantes vecinales para obtener una solución consensuada para construir este itinerario peatonal y ciclista sin trabas para los residentes. La nueva propuesta ya se está diseñando para “diminuír as afeccións aos peches das vivendas”, con aceras donde hoy no las hay, nuevas zonas de aparcamiento y paradas de autobús con sus refugios correspondientes, a uno y otro lado de este vial.
Los vecinos de Reza rechazaron en mayor de 2021 en asamblea la senda proyectada por el gobierno autonómico y mostraban ya entonces la esperanza en que la Xunta echase abajo el proyecto. Mostraron un rotundo ‘no’ al proyecto de senda días después de reunirse con el delegado de la Xunta, Gabriel Alén, quien se había comprometido a escuchar las demandas de los vecinos y se comprometía a atender los resultados que salieran de esta asamblea.
Motivos de las quejas
Los vecinos afectados valoraban que los perjuicios eran mayores para sus viviendas y terrenos que la utilidad de la propia senda, por lo que decidieron rechazar el proyecto. Los vecinos se habían opuesto a esta senda, ya que lo que pedían desde hace más de 12 años era la continuidad de las aceras, existentes en el primer tramo de la carretera de Reza, y no una senda no solicitada que creían que tendría un “alto impacto” en las viviendas, al restarle parte de su terreno.
