Los vecinos de Cartelle despidieron ayer al matrimonio compuesto por Luis Blanco Soto y Mercedes Peralta Fernández, de 76 y 80 años, respectivamente, que el sábado fueron encontrados sin vida en su casa familiar al parecer, como consecuencia de haber inhalado monóxido de carbono.
Cientos de familiares y amigos despidieron ayer en el municipio de Cartelle los restos mortales del matrimonio compuesto por Luis Blanco Soto y Mercedes Peralta Fernández que, en la mañana del pasado sábado, fueron encontrados sin vida en el domicilio familiar en la carretera de Barral. Las víctimas, muy conocidas en este ayuntamiento de la comarca celanovesa, recibieron el cariño de sus convecinos, así como de concellos limítrofes que, durante toda la jornada, se acercaron hasta el tanatorio municipal de Cartelle para dar el último adiós al matrimonio. Xuntos estiveron toda á vida e xuntos se foron, comentaban los vecinos durante el trayecto que separa el tanatorio de la iglesia parroquial. Un templo que se quedó pequeño para acoger a la multitud que quiso acompañar a la familia en tan difíciles momentos.
Luis Blanco Soto, que fue alcalde del municipio durante la década de los setenta, y su esposa Mercedes Peralta, fueron encontrados sin vida en la cocina de su domicilio el pasado sábado cuando, después de dos días sin tener noticias de sus padres, la hija pidió a un vecino que se acercase hasta allí. Al parecer, el matrimonio pudo fallecer en la noche del miércoles por intoxicación de monóxido de carbono debido a una mala combustión del calentador. Los cuerpos, que estaban en avanzado estado de descomposición, fueron enterrados antes de entrar en la iglesia.
Luis Blanco Soto, que fue alcalde del municipio durante la década de los setenta, y su esposa Mercedes Peralta, fueron encontrados sin vida en la cocina de su domicilio el pasado sábado cuando, después de dos días sin tener noticias de sus padres, la hija pidió a un vecino que se acercase hasta allí. Al parecer, el matrimonio pudo fallecer en la noche del miércoles por intoxicación de monóxido de carbono debido a una mala combustión del calentador. Los cuerpos, que estaban en avanzado estado de descomposición, fueron enterrados antes de entrar en la iglesia.
