El ourensano se encontraba ayer con dos campañas que se oponen, a pesar de no ser excluyentes. El comercio, sobre todo las grandes firmas, aplicaba descuentos mareantes con motivo del “Black Friday” o Viernes Negro. Mientras tanto, el Banco de Alimentos de Ourense iniciaba la Gran Recogida solidaria, con el fin de conseguir donaciones de productos básicos para sus más de 8.000 beneficiarios.
Natalia González, coordinadora del Banco de Alimentos, dice que “la gente responde” y está participando en la Gran Recogida en cuanto a las donaciones. Aun así, matiza que aún no hay números sobre la mesa, algo para lo que habrá que esperar hasta la semana que viene.
A pesar de ello, la campaña se está viendo frenada por un factor inesperado. “Me consta que muchos de los voluntarios han fallado”, lamenta. No hay suficientes. A algunos les surgieron imprevistos, pero parte de los que se anotaron para colaborar en la campaña solidaria simplemente “no han aparecido”.
Los alimentos se pueden entregar en los supermercados de la ciudad. Los que más se necesitan son leche, legumbres, aceite y conservas, aunque también es posible donar dinero en metálico en la caja.
A tan solo unos metros de las donaciones solidarias se encuentran las ofertas rompedoras. Televisiones, neveras y zapatillas son algunos de los productos que registran rebajas de hasta el 50%, o incluso más. Una buena parte del pequeño comercio adoptó la efeméride, arrastrada por los atractivos descuentos de los gigantes de internet y de las grandes cadenas.
El presidente del Centro Comercial Aberto Ourense Centro, Luis Rivera, comenta que la sensación ayer por la tarde era positiva y los comercios, aún sin manejar cifras, presentaban un buen aspecto. Incluso teniendo en cuenta las complicaciones en una calle del Paseo “impracticable” por el montaje de las luces de Navidad. “Pero creo que la gente se anima”, comenta. Un soplo de aire fresco para los pequeños negocios, que ahora encaran la campaña de Navidad.
