El Instituto Galego de Estatística (IGE) alerta en su trabajo demográfico sobre las consecuencias del progresivo envejecimiento de la Comunidad gallega y la pérdida de población que está prevista hasta 2023, que afectaría a la totalidad de áreas. En la comarca de Vigo, una de las más dinámicas de Galicia, apunta el IGE que habría casi 12.000 habitantes menos dentro de nueve años y una tendencia a incrementar la edad media de los ciudadanos.
En este sentido, el índice más fiable para comprobar la 'salud' de un territorio sería el de dependencia, que incluye a los menos de 16 años y los mayores de 65, grupos de personas que por su edad no trabajarían. En la actualidad, en la provincia el 30,2 por ciento de las personas tienen más de 65 años y el 21,4 menos de 16. Es el mejor balance de Galicia: A Coruña tiene 34,5% de jubilados y 19,8 de jóvenes, pero Lugo y Ourense se hallan en una situación muy límite, con el 45,8 y 49,3 por ciento de sus habitantes en edad de jubilarse y entre un 16 y un 17 por ciento de menores de 16 años.
En estas condiciones, en 2023 la provincia de las Rías Baixas pasaría del 51,6 por ciento actual de personas dependientes -jóvenes menores de 16 y mayores de 86- a un 59,9 por ciento. Es decir, sólo el 40 por ciento de la población sería activa y tendría que asumir la productividad. El total nacional para entonces estaría en el 53 por ciento. La situación sería mucho peor en el resto de Galicia. A Coruña subiría del 54 por ciento a casi el 64. Lugo, del 62,6 por ciento de dependientes al 70 por ciento. Pero el caso más espectacular sería el de la provincia de Ourense que, por envejecimiento y pérdida de habitantes, se dispararía del 66,5 por ciento de 2013 hasta llegar al 74,5 por ciento de población dependiente. Según la estadística del INE, sería la provincia de España que tendría el mayor índice y el menor de residentes en edad de trabajar. La segunda de España sería en 2023 Zamora, que alcanzaría el 73,5 por ciento.
En estas condiciones, en 2023 la provincia de las Rías Baixas pasaría del 51,6 por ciento actual de personas dependientes -jóvenes menores de 16 y mayores de 86- a un 59,9 por ciento. Es decir, sólo el 40 por ciento de la población sería activa y tendría que asumir la productividad. El total nacional para entonces estaría en el 53 por ciento. La situación sería mucho peor en el resto de Galicia. A Coruña subiría del 54 por ciento a casi el 64. Lugo, del 62,6 por ciento de dependientes al 70 por ciento. Pero el caso más espectacular sería el de la provincia de Ourense que, por envejecimiento y pérdida de habitantes, se dispararía del 66,5 por ciento de 2013 hasta llegar al 74,5 por ciento de población dependiente. Según la estadística del INE, sería la provincia de España que tendría el mayor índice y el menor de residentes en edad de trabajar. La segunda de España sería en 2023 Zamora, que alcanzaría el 73,5 por ciento.
