Hoy se cumplen dos semanas desde la entrada en vigor de las restricciones de máximo nivel impuestas por la Xunta el pasado 27 de enero para frenar el avance del virus. La provincia registraba entonces 2.980 casos activos, cerca de un millar más de los 1.999 que contabilizaba ayer.
Después de 21 días, la cifra total de contagios cayó en la última jornada por debajo de los 2.000. El pico de positivos, tanto de la tercera ola como del resto de la pandemia, se alcanzó el día 29, cuando el área sanitaria llegó a los 2.989 casos. La incidencia acumulada, tanto a 7 como a 14 días, también muestra claros síntomas de mejoría: de los 510 casos por cada 100.000 habitantes a 7 días de entonces, pasó a los 195 de ayer.
Las restricciones actuales, similares a las del denominado "modelo Carballiño" de octubre y noviembre, se mantendrán hasta el día 17, como mínimo. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, avanzó esta semana que si la tendencia sigue siendo favorable en los próximos días, es "posible" que se suavicen medidas a partir de la próxima semana en aquellos concellos con incidencias más bajas.
El comité clínico se reunió este martes para valorar la evolución de la comunidad, pero Feijóo ya adelantó el lunes que por ahora no habrá cambios en cuanto a las medidas. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, comparecerá hoy para dar a conocer el análisis de los expertos sobre la situación actual.
Los sectores más afectados por las restricciones podrían recuperar parte de su actividad habitual a partir de la semana próxima. Desde el 27 de enero, bares y restaurantes mantienen solo el servicio a domicilio, el comercio no esencial cierra a las 18,00 horas, los gimnasios se mantienen con la persiana bajada y todo tipo de eventos sociales y espectáculos están suspendidos.
CARBALLIÑO, LA EXCEPCIÓN
La mejoría de la situación epidemiológica es generalizada en todos los municipios de la provincia, excepto en Carballiño, Maside y Punxín. La tendencia creciente de casos activos en los tres concellos, motivó el cribado poblacional realizado por el Sergas ayer, en el que citó a dos mil vecinos para detectar casos asintomáticos.
Desde el inicio de las últimas medidas, la cifra de positivos continuó en aumento en la villa del Arenteiro. De los 86 contagios de entonces pasó a los 102 de la última jornada. En los últimos cuatro días, sin embargo, se aprecia cierta tendencia decreciente. El pico de casos de la tercera ola se alcanzó el pasado viernes, con 109 positivos, todavía lejos del máximo registrado desde el inicio de la pandemia (el 22 de octubre, Carballiño llegó a los 186 casos). La incidencia a 14 días es superior a los 700 casos por cada 100.000 habitantes. Maside registra 23 casos activos, por lo que su incidencia es superior a 800 casos por cada 100.000 habitantes. Punxín, por su parte, contabilizaba ayer un total de 8 contagios.
DESCENSO
El resto de municipios muestran una tendencia a la baja de las cifras de afectados. El acelerado ritmo de crecimiento registrado tras la época navideña parece repetirse ahora, pero a la inversa.
La ciudad, que llegó a superar los 1.000 casos activos desde el 30 de enero hasta el 1 de febrero, registraba ayer 717. Pese a la caída, la cifra todavía se encuentra muy por encima del pico registrado en la segunda ola, cuando la urbe no pasó de los 572 contagios. Verín y Xinzo también dan muestras de mejoría, con 81 y 73 casos activos, respectivamente. Cabe destacar que el concello limiano, junto con Arteixo y Viveiro, estrenó las máximas medidas restrictivas una semana antes que el resto de la comunidad. La incidencia del municipio llegó a ser a mediados del mes pasado la más alta de Galicia.
En O Barco, donde las cifras de contagios comenzaron a aumentar hacia finales de enero, la curva desciende de forma continuada desde hace varios días. El municipio registraba ayer medio centenar de casos activos, 14 menos que en el pico de la tercera ola, registrado el pasado jueves. Aún así, el concello se mantuvo lejos del máximo alcanzado en la segunda ola, cuando llegó a los 87 positivos.
