Las grúas ya trabajan en la Catedral de San Martiño. Después de meses de problemas con las filtraciones de agua que dañaron documentos del Archivo, ayer pudieron comenzar los trabajos de restauración del cimborrio y la fachada sur del templo ourensano, adjudicados por más de 570.000 euros a la empresa Obras Gallaecia. El objetivo es “garantir a protección e conservación” de este Bien de Interés Cultural, que tras varios temporales sufrió filtraciones que afectaron a pergaminos de hace varios siglos. La actuación cuenta con una duración aproximada de cinco meses.
Además de eliminar las filtraciones de agua, hay obras que permitirán mejorar el sistema de evacuación de aguas pluviales y de ventilación, con un sistema de carácter continuo y unitario que evite las citadas filtraciones.
Otra de las medidas contempladas contra los problemas de humedad es la impermeabilización en varios puntos del templo ourensano, así como la sustitución de las carpinterías.
En el cimborrio, se sustituirá la cobertura de baldosín por una cubierta de zinc y se proyectará un nuevo acceso.
El proyecto se completa con la eliminación del sistema antipájaros existente, así como con la restauración de la crestería y otros elementos singulares.
En el caso de la fachada sur, los trabajos se centrarán en limpiezas en la piedra. También se actuará en las cornisas y cubiertas para minimizar el impacto de agua en la fachada.
Por último, se contempla la restauración de la puerta de madera de la fachada, las portadas románicas, el torreón y otros elementos escultóricos de los tejados.
Un arco románico
Estas mejoras que se inician en el templo se unen a la restauración del arco románico, una escultura con 17 ángeles representados, que había quedado tapada por un descuido hace más de 500 años. Con más de 300.000 euros de inversión, se restauró este elemento patrimonial visible desde la Plaza de San Martiño.
