La vieja terminal de O Pino dará paso a una residencia de mayores
Aunque pesan más los ejemplos de iniciativas fallidas que cronifican errores cometidos en el pasado, también hay ejemplos en la ciudad de Ourense de proyectos en los que se ha conseguido garantizar una segunda vida para evitar la degradación de espacios.
Muy cerca de las orillas del Miño han terminado recientemente los trabajos de demolición de la antigua estación de autobuses de Ourense, dejando despejada la parcela para que la Fundación Amancio Ortega pueda construir allí una residencia de mayores de 120 plazas, un inmueble mucho más adaptado al entorno y que mejorará también la calidad de vida de los vecinos. Según fuentes de la Consellería de Infraestruturas -encargada de la demolición-, el proyecto ya depende ahora de la fundación y de Política Social, que asumirá la gestión del equipamiento una vez esté concluido.
Por otro lado, también destaca como muestra de recuperación la iniciativa auspiciada por el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, de ubicar en Ourense el Centro Galego da Innovación na Formación Profesional, un proyecto que verá la luz a finales de año en las instalaciones de la antigua Escuela Hogar de Mariñamansa, sometidas a una profunda rehabilitación con una importante inversión financiada a medias entre Diputación y Xunta.
Entre los ejemplos de rehabilitación, han surgido también iniciativas en el Casco Vello para la promoción de viviendas públicas, así como la compra de inmuebles para reformarlos en su totalidad.
