Cuatro sindicalistas están acusados de un delito contra el tráfico por arrojar clavos a la carretera en San Cibrao

El cierre forzoso y esporádico de negocios marcó la huelga en Ourense

Una mujer baila ante la Subdelegación. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Bancos y comercios constituyeron el objetivo de la protesta desarrollada ayer por la CIG, con motivo de la huelga general convocada por este sindicato contra la reforma del sistema de pensiones.
La protesta comenzó de madrugada en el Polígono de San Cibrao, donde los piquetes se movilizaron a la entrada de grandes empresas, paralizando temporalmente alguna, como Faurecia. Ya de mañana, se trasladaron al centro de la ciudad, coincidiendo con la apertura de las entidades bancarias y, al grito de 'As pensións dos obreiros lévanas os banqueiros', pedían su cierre. También accedieron a las cajas, para 'explicarlles que os van privatizar', afirmaban. Posteriormente, ya abiertos comercios y bares, demandaban a sus encargados que secundasen la huelga. Luego se dirigieron al Ponte Vella, ocasionando en algún momento el cierre de todos los establecimientos y la salida de la clientela. El recorrido fue seguido por numeroso dispositivo policial, con agentes llegados del resto de España y estuvo marcado por las discusiones entre los sindicalistas y los gerentes o personal de seguridad de los locales, que en algunos lugares derivó en el derribo de sillas u otros objetos en bancos o bares.

Los incidentes más destacados se produjeron, en el Polígono de San Cibrao, donde, a las cinco de la mañana, fueron detenidas para su identificación cuatro personas, acusadas de un delito contra la seguridad del tráfico, al arrojar objetos punzantes a la vía pública y dañar un vehículo de la Guardia Civil y otro de basura. Además, en su coche se les incautaron dos cajas de tornillos, una mochila llena de objetos punzantes y cinco botes de pintura en spray, según el parte de la Guardia Civil, que trasladó el caso al Juzgado.

Aprovechando la huelga, por la tarde un grupo de jóvenes se desplazó por comercios del centro de la ciudad, también pidiendo, con gritos y pitidos, su cierre.


MANIFESTACIÓN

El acto central de la jornada fue una manifestación entre el Pabellón de Os Remedios y la Subdelegación, en la ciudad, que reunió a sindicalistas y dirigentes del BNG, comenzando por la teniente de alcalde, Isabel Pérez, y los ediles nacionalistas de la capital. Para Etelvino Blanco, secretario comarcal de la CIG, 'os resultados da xornada superaron as previsións que tiñamos'. También destacó el gran seguimiento del paro en A Limia, Verín o la zona pizarrera de Valdeorras. A su juicio, la jornada fue 'histórica' en cuanto al nivel de movilización, pero 'triste' por el principio de acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos UGT y CC.OO. para la reforma de las pensiones. De hecho, a lo largo de la protesta fueron continuas las críticas a los citados sindicatos e incluso Blanco pidió a sus bases 'que reflexionen sobre o acordo'.

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