La ciudad entierra en solo tres años el plan de movilidad de una década

La ciudad de Ourense encara una nueva Semana de la Movilidad, la última en el actual mandato, sin avances en medidas de pacificación del tráfico, uno de los principales caballos de batalla de las ciudades españolas y también uno de los ejes clave al empezar este mandato, que se ha quedado en nada. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) en vigor, precisamente, desde noviembre de 2019 para dar un lavado de cara total a la ciudad para una década ha quedado en papel mojado en solo tres años. Apenas 5 de las 30 medidas que tenían que estar en marcha en un lapso de cuatro años desde la redacción del PMUS han tenido algún tipo de avance, en ocasiones muy tímidos. “No podemos esperar más, hace falta decisión política”, decía Miguel Caride, primer edil de Movilidad que tuvo Gonzalo Pérez Jácome en el actual gobierno local, en agosto de 2019. “Hay que incorporar la ciudad las tendencias del siglo XX” decía hace justo tres años el ya exconcejal. Pero las únicas decisiones políticas en este sentido han generado que se diesen pasos hacia atrás. Hitos construidos durante años, como la regulación del tráfico en el Casco Vello, han sido dilapidados. La eliminación de los bolardos de acceso a la zona histórica, una de las primeras medidas de Jácome, tomada en febrero de 2020, abrió las puertas al tráfico rodado sin límite por las calles más antiguas. La falta de alternativas, pese a que el alcalde había prometido la instalación de cámaras para vigilar la entrada de vehículos, ha convertido en un paraíso motorizado la zona antigua. Hace dos semanas, la asociación de vecinos Casco Vello exigía por escrito al Concello que hiciese cumplir la ordenanza de tráfico, que obliga a tener un sistema de vigilancia: “Los conductores infringen la normativa ante la pasividad de las autoridades locales”. A este retroceso se suman otra serie de incumplimientos, como la renuncia explicitada por Jácome a contar con carriles bici, la ausencia de más peatonalizaciones en la ciudad estos cuatro años -pese a figurar en la hoja de ruta diseñada en el PMUS-, los nulos avances para dotar a los barrios de aparcamientos disuasorios, el aumento de coches mal estacionados (incluso en paradas de autobús), reconocido en las últimas semanas por el propio edil de Seguridad Ciudadana, y el caos de aparcamiento en torno a centros escolares, que se ha vuelto a visualizar esta semana con el arranque del curso. En los últimos 12 meses, solo una medida se ha llegado a materializarse de forma avanzada de la treintena que recogía el PMUS, la redacción de planes de movilidad vertical, en las que este gobierno local fía toda su inversión, aunque solo Concordia está en obras. Otra apuesta, la creación de pasos de peatones elevados por toda la ciudad antes de acabar el año, parece la única con visos de prosperar antes de que acaba este mandato, al entrar en breve en fase de licitación. Lo demás, papel mojado. La provincia tiene censados ya tantos vehículos como vecinos El parque de vehículos no deja de crecer en ciudad y provincia. En los últimos cinco años, el número de turismos en la urbe ha aumentado en más de 2.000 unidades, pasando de las 53.322 de 2016 a los 55.332 de 2021, y hay ya 71.270 vehículos en total (y 79.165 vecinos en edad de conducir), 2.525 más que hace un lustro. También ha crecido la cifra de motos, que marca récord en los registros de la Dirección General de Tráfico (DGT), llegando a 5.709. A nivel provincial, tampoco deja de incrementarse el parque de vehículos. Ya iguala la cifra de habitantes mayores de edad. El anuario de la DGT publicado hace apenas una semana muestra que Ourense es ya la octava provincia con más vehículos, 866 por cada mil residentes, encima de la media española (744). Hay 262.866 vehículos (192,166 son turismos) para 264.597 habitantes mayores de 18 años. Hace solo cinco años, eran 17.727 vehículos menos (había 245.139) y había 8.566 vecinos mayores de edad más (273.163).