La ciudad nunca vista de Ourense

El personal del Arquivo Histórico Provincial de Ourense lleva más de un año trabajando en una de sus exposiciones más ambiciosas, si no la que más. Hace tiempo que planeaban abrir sus fondos a la sociedad, pero el espacio se les quedaba minúsculo en la antigua sede de la rúa Hernán Cortés. Ahora, en el complejo de San Francisco y con unas instalaciones de ensueño, cumplen un deseo de hace décadas: convertir el archivo en un organismo vivo, sacando de los depósitos los pergaminos y las fotografías que cuentan la historia de la ciudad desde la Edad Media. Los ourensanos pueden disfrutar ya de la muestra “A cidade de Ourense nos seus documentos”, impulsada por la Consellería de Cultura, que se exhibirá hasta el 23 de febrero. Si tiene éxito, la vocación es que sea permanente. “É unha mostra absolutamente imprescindible, pareceunos que a cidade carecía dun pequeno espazo expositivo que fale da súa historia, esta é unha oportunidade para cubrir ese oco”, explica Pablo Sánchez Ferro, impulsor de la iniciativa y director del Arquivo. La ciudad se abre a los ourensanos desde otro ángulo. Hay documentos tan curiosos como la confirmación por parte de Pedro I de un privilegio de Fernando IV, en el que exime de impuestos a los taberneros de la ciudad que compren el vino de Ourense. El original es de 1353: este pergamino es el documento más antiguo de la historia de la ciudad conservado en el Arquivo Histórico Provincial de Ourense. “Ourense tiña moito viño, incluso se lle chamaba ribeiro ao viño da cidade. Houbo moitas hortas ata o século XIX”, explica Sánchez Ferro. La exposición, que merece detenimiento, aborda hasta el Ourense que desapareció y el que ni llegó a existir. Este último es el caso de un plano del Xardín do Posío, uno de los pulmones verdes de la ciudad y símbolo cultural. El diseño, expuesto ahora en el Arquivo Histórico, llegó a consultarse recientemente para la reforma integral prevista para este emblema ourensano que languidece sin cuidados. Sí existió la Porta da Aira, pero desapareció. “Estaba preto do Posío e era unha porta que abría a Castela. Foi derrubada no século XIX porque o urbanismo era voraz”, anota el director del Arquivo. Si se observa con paciencia, una minúscula huella de la Porta da Aira aún se aprecia en la actual rúa Julio Prieto Nespereira. También desapareció el Castelo Ramiro, del que se muestran recreaciones antiguas. “Era a fortaleza que utilizaba o bispo para controlar á poboación. Derrubouse durante varias épocas e en 1486 os Reis Católicos deron o permiso para derrubala definitivamente”, detalla Sánchez Ferro. El Entroido o los Magostos, a través de los carteles antiguos de las fiestas, ocupan parte de la muestra. También se explica aquel Ourense en el que cada calle tenía un nombre asociado a las profesiones que proliferaban en sus soportales. Los zapateros, los herreros, los tenderos… y todos aquellos gremios que impregnaron de identidad a Ourense. El termalismo también se aborda desde una óptica diferente: ¿Quién no reconoce hoy As Burgas? Pero hay otros vestigios, menos distinguidos. Es el caso de los antiguos Baños de Outeiro. El espectador podrá conocer en esta muestra los planos antiguos de aquella casa de baños. Al final del recorrido, se encuentra la sorpresa más interactiva. Más allá de pergaminos, el visitante puede leer en una pantalla ejemplares antiguos de La Región. “Intento de golpe de Estado”, se lee en mayúsculas en la portada del 24 de febrero de 1981, que relató aquel 23F presente en la memoria de todos los españoles. “A prensa foi unha fonte primordial na historia da cidade”, añade el director del Arquivo. La aparición de la rúa Progreso en el siglo XIX o la anexión del Concello de Canedo al de Ourense en 1943 son otros hitos que forman parte de “A cidade de Ourense nos seus documentos”. Y una joya más: un plano estupendo de la Ponte Romana de Ourense, el más antiguo que existe, de 1738.