Los alumnos, profesores y personal que trabaja en el colegio de Infantil y Primaria de Mende (Ourense), unas 300 personas, fueron desalojados ayer al registrarse un fuerte olor a gas en las instalaciones. El director activó el plan de emergencia y el alumnado fue sacado a la calle en poco más de cinco minutos. Los bomberos y la Policía Local inspeccionaron todas las tuberías de butano y concluyeron que la fuga se produjo en la cocina al apagarse, posiblemente con el viento, un fogón cuando hacían la comida.
Un fuerte olor a gas generó alarma en la mañana entre los alumnos, profesores y trabajadores del colegio de Infantil y Primaria de Mende (Ourense).
El gas estaba presente prácticamente en todas las dependencias. Eran las once menos cuarto de la mañana y el director, Julio César Peagudo, activó el plan de emergencia, sacando todo el alumnado, profesores y trabajadores, unas 300 personas, a la calle al tiempo que tres unidades de bomberos y otras tantas patrullas de la Policía Local se personaban en la zona. El plan de emergencia funcionó perfectamente. Los alumnos fueron puestos a salvo en poco más de cinco minutos y cuando llegamos ya nos encontramos todas las ventanas y puertas abiertas para airear las instalaciones. Esto es lo que hay que hacer en caso de producirse una fuga de gas, explicaba un bombero.
Los alumnos permanecieron en el exterior del centro educativo casi una hora, lo que tardaron los bomberos y policías locales en inspeccionar cada una de las tuberías de gas y medir los niveles de monóxido de carbono que había en las aulas y resto de dependencias del colegio.
Sobre las once y cuarto de la mañana ya no se percibía olor a gas y los bomberos no encontraban ninguna tubería rota ni aparato averiado que pudiera ser el origen de la fuga. Pasadas las once y media, los bomberos concluían que el escape se produjo en un fogón de la cocina cuando estaban haciendo la comida. El fogón se apagó posiblemente a causa del viento y estuvo saliendo gas al exterior, afirmaron los bomberos.
Pasadas las once y veinte minutos, el alumnado regresaba de forma ordenada y por cursos a las aulas, acompañados de sus respectivos profesores.
Al lugar acudieron numerosos padres alarmados por la situación y recabar información sobre lo sucedido.
El gas estaba presente prácticamente en todas las dependencias. Eran las once menos cuarto de la mañana y el director, Julio César Peagudo, activó el plan de emergencia, sacando todo el alumnado, profesores y trabajadores, unas 300 personas, a la calle al tiempo que tres unidades de bomberos y otras tantas patrullas de la Policía Local se personaban en la zona. El plan de emergencia funcionó perfectamente. Los alumnos fueron puestos a salvo en poco más de cinco minutos y cuando llegamos ya nos encontramos todas las ventanas y puertas abiertas para airear las instalaciones. Esto es lo que hay que hacer en caso de producirse una fuga de gas, explicaba un bombero.
Los alumnos permanecieron en el exterior del centro educativo casi una hora, lo que tardaron los bomberos y policías locales en inspeccionar cada una de las tuberías de gas y medir los niveles de monóxido de carbono que había en las aulas y resto de dependencias del colegio.
Sobre las once y cuarto de la mañana ya no se percibía olor a gas y los bomberos no encontraban ninguna tubería rota ni aparato averiado que pudiera ser el origen de la fuga. Pasadas las once y media, los bomberos concluían que el escape se produjo en un fogón de la cocina cuando estaban haciendo la comida. El fogón se apagó posiblemente a causa del viento y estuvo saliendo gas al exterior, afirmaron los bomberos.
Pasadas las once y veinte minutos, el alumnado regresaba de forma ordenada y por cursos a las aulas, acompañados de sus respectivos profesores.
Al lugar acudieron numerosos padres alarmados por la situación y recabar información sobre lo sucedido.
