Nos encontramos hoy con una noticia cuyo titular es que el Concello de Ourense pinta edificios del casco histórico sin avisar a sus dueños y utilizando barniz de salón de casa.
Muy pocas cosas pueden llamar ya la atención viniendo de la institución que con mano firme desprestigia su alcalde, Gonzalo Pérez Jácome. La zona antigua de la ciudad lleva muchos años cayéndose, víctima del abandono y la desidia y el Concello no ha hecho más que tolerar la situación.
Ahora, de forma torpe por lo que se ve, coge la brocha para arreglar a su modo la situación. No hay un plan actualizado para salvar el conjunto histórico de la ciudad, incluso se habla de vandalismo institucional.
Unas actuaciones erráticas y posiblemente sustentadas en la ignorancia dan como resultado lo que les estamos contando. Ya solo queda pedir que si Jácome no sabe de esto, que al menos no toque nada y que se dedique a lo que mejor sabe hacer: contratar orquestas.
