Es una constante de un tiempo a esta parte y sospechamos que la crisis laboral ha venido para quedarse. Hay trabajos que no quiere nadie o casi nadie pero que son imprescindibles. Algunas actividades económicas están en un brete porque hay quien no tiene necesidad de dedicarse a determinados menesteres o porque sencillamente no les da la gana.
De nuevo el sector del transporte es noticia: en el último año se han perdido 55 empresas y 120 camioneros. Para mantener en funcionamiento un sector estratégico como este las empresas recurren a inmigrantes. Llegados de otros países ven ese trabajo como una auténtica bendición porque pueden comer ellos y sus familias. En Ourense es una maldición, tal vez porque la panza está llena.
Este asunto está casi todos los días de actualidad, pero las soluciones no se antojan ni rápidas ni sencillas. Por el camino que vamos, serán imposibles. Las consecuencias las pagaremos todos, sino al tiempo.
