Dice una información de La Región que la quinta parte de los edificios de la ciudad carecen de ascensor, lo que provoca situaciones de incomodidad y aislamiento para personas con movilidad reducida. Se dan estas situaciones en las zonas urbanas con un parque de viviendas más antiguo, muchas de las cuales tienen serios problemas para instalar el elevador.
El área de urbanismo del Concello de Ourense ha concedido trece licencias de instalación desde que comenzó el año, lo que pone de manifiesto este tipo de situaciones.
Al parque de viviendas le pasa lo mismo que a quien las habita: envejece sin remedio y a veces en soledad y desvalidas. La información cuenta el caso de Gloria, una mujer que lleva un año en su casa porque no puede subir y bajar las escaleras.
Este patrimonio construido se está quedando sin valor porque ya nadie quiere un piso sin ascensor. Pero, sobre todo, se está convirtiendo en guetos para las personas que viven atrapadas en estas viviendas que se deben conformar con ver la vida por una ventana, sin posibilidad de salir. En un confinamiento eterno.
