Más de 250.000 ourensanos estamos llamados a las urnas el 28 de mayo para elegir los concejales de los 92 concellos de la provincia que, a su vez, designarán a los alcaldes y, en un proceso posterior, a los diputados y presidente de la Diputación.
Con el día de hoy se produce también la llamada sombra electoral, es decir, quedan prohibidas las inauguraciones de las obras, algo a lo que todo político fue siempre muy aficionado.
Persiste la creencia de que el votante inclina su papeleta teniendo en cuenta el número de metros cúbicos de cemento derramados en los últimos meses y que la inauguración de esa iniciativa empuja el ánimo del ciudadano para saber a quién debe votar.
Es posible que sea así porque aún persiste la teoría de la infantilización del electorado o su embrutecimiento, vaya usted a saber. Es decir, el alcalde de turno ya puede ser un borrego que como tenga la calle asfaltada hay reelección segura.
