Casi siempre que nos referimos a la sanidad es para lamentar sus carencias, para hacernos eco de las necesarias reivindicaciones profesionales y otras muchas necesidades. Pese a ello seguimos teniendo uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo.
La Región recuerda hoy que uno de los equipamientos sanitarios estrella cumple dos años y medio de funcionamiento. Se trata del Da Vinci, un sofisticado robot de altísima precisión en intervenciones quirúrgicas. Supone para los cirujanos trabajar con muchas más garantías en el abordaje de las patologías y para los pacientes una recuperación más satisfactoria y con un resultado quirúrgico más esperanzador.
Las buenas noticias venden peor que las malas, como es costumbre. La sanidad tiene muchos e importantes retos por delante y siempre quedará a deber algo. Un concejal dijo una vez que si de cinco obras que tenía pendientes había hecho ya cuatro la gente nunca valoraría lo hecho, preguntaría por la que está por hacer. Algo parecido pasa con la sanidad. Siempre hay una urgencia que atender. Pero, aunque solo sea por un día, que se celebren los éxitos del robot Da Vinci, que son los de muchos pacientes que felizmente se han recuperado.
