Una crónica de La Región titula de forma elocuente: Mucho pulpo, pocas termas. No hace falta excesivas reflexiones para llegar al fondo de la cuestión. Efectivamente, los hosteleros de la ciudad siguen haciendo una apuesta de profesionalidad para contentar a propios y visitantes con una oferta gastronómica notable pero los responsables de las instituciones siguen sin enterarse.
Acaba de constituirse la corporación municipal ourensana y ya se han repartido el dinero a cobrar cada mes, por lo tanto a seguir sesteando. La ciudad termal, que evidencia una vez más el ridículo del eslogan, sigue manteniendo gran parte de las suyas cerradas, una responsabilidad más de un Concello que sigue siendo el de siempre en asuntos como este.
Basta salir unos kilómetros de la ciudad para saber cómo se lo toman en serio todas las instituciones para lucir los recursos que tienen, no es el caso de la ciudad, como queda dicho.
Nada que reprochar ni reprocharnos. Hace dos meses que fueron las elecciones y los votos decidieron que estos son los mejores y esto es lo que nos merecemos. Pues a seguir disfrutando entonces.