ENCONTRO BOINAS VERDES

"Firmes: ¡Viva la COE 81!"

Más de medio centenar de antiguos boinas verdes, acompañados por familiares, se reencontraron ayer en el cuartel de O Cumial, el campo de ejercicios de la primera Compañía de Operaciones Especiales de España. 

Una estrecha pista de asfalto desemboca en un camino de tierra que conduce a la antigua explanada del cuartel de O Cumial, base de la Compañía de Operaciones Especiales (COE) 81, la primera que hubo en España. Por este campo de ejercicios desfilaron ayer ex guerrilleros de la compañía para retomar el contacto y recordar las experiencias vividas allí hasta el 88, año en que esta división se fundió con otra de Lugo y se trasladó a un cuartel en A Coruña, cerrando para siempre las puertas del cuartel de O Cumial.

Poco queda en pie de las instalaciones de la COE 81. "Isto está moi diferente de como o recordo, pasaron case 50 anos. Eu son de Ourense e ás veces paso por aquí, por nostalxia, pero está todo abandonado. Dá pena", comenta José Luis Miguélez, que hizo la mili en el 71. "Nesta explanada facíamos tiro. Non parabamos en todo o día, ata para comer íamos a paso lixeiro", recuerda.

Manuel Domínguez, de la quinta del 86, viajó expresamente a Ourense desde la ciudad de Lausanne (Suiza) para reencontrarse con sus compañeros de la COE. "Vir aquí é recordar vellos tempos, disfrutar da irmandade que forxamos naquel tempo", comenta emocionado.

Por la explanada también pasean José Luis Prado y Gustavo Eisermann, que se conocieron años después de su paso por O Cumial, como compañeros de trabajo en A Coruña. Ayer rememoraban sus días en el cuartel. "Algunos perdimos el uniforme y todo, pero no la boina, la boina que no me la quite nadie. Es mi boina, ganada con mi sufrimiento", luce orgulloso Prado, al tiempo que recuerda como la consiguió. "Pasamos un entrenamiento de unos 12 días y luego la evasión, una marcha hasta el castillo de Maceda donde los mandos nos hicieron un interrogatorio de 24 horas, con los ojos vendados. El trato no era amable", explica. Con todo, su compañero Eisermann admite: "Aquí hemos llorado todos. De rabia, de sufrimiento... Pero hoy, con perspectiva, lo recordamos como un ejercicio de formación vital, para forjar tu carácter. ¿Lo pasabas mal? Sí. ¿Eso fue malo? No. ¿Lo volverías a hacer? Por supuesto".

Dura pero instructiva

En O Cumial todos coincidían en afirmar que su paso por la COE fue dura, pero instructiva. Entre ellos, los promotores del encuentro, Arturo Fariñas y José Caride. "Que eu saiba, a mili mal non lle fixo a ninguén. Aprendemos valores como o respeto. Aínda hoxe ao ver ao meu mando sigoo tratando de vostede. El insiste en que o tutee, pero non son capaz", reconoce, entre risas, Caride.

Este ourensano vivió el intento de golpe de Estado en O Cumial "Estábamos de permiso, había xente en Francia, en Canarias, ou en Suiza e activouse a alerta. En dous días estabamos todos aquí", recuerda. Cuenta que esos días los pasaron pendientes de la radio, de las noticias, acuartelados. "Como houbera sido a historia de España, e a nosa, que formamos parte dela, se o golpe chegase a ir adiante", se pregunta.
Precisamente con el 23F se licenció Adolfo Lendoiro. "Creía que me iba a pasar aquí toda la vida", se ríe. Este coruñés inculcó su pasión por la COE a su hijo Isaac, que con apenas 18 años es el único boina verde apadrinado por la compañía, sin haber pasado aún por el ejército. Tiene claro que quiere ser militar. "A los 13 años empecé a ir con mi padre a las reuniones de los boinas verdes y me empezó a gustar el tema", explica el joven.

Tras el izado de la bandera española y una ofrenda a los caídos, su padre entonó un discurso apelando a los cimientos de amistad, lealtad y compañerismo que se forjaron en O Cumial. "¡Viva la COE 81!", "¡Viva!", replicaron los exguerrilleros.

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