La gala solidaria "Ourense con Ecuador", que tendrá lugar el próximo 11 de julio, en el Teatro Principal, organizada por la Diputación provincial, el Obispado y La Región, será conducida por el alaricano Xosé Manuel Piñeiro.
La gala solidaria "Ourense con Ecuador", que tendrá lugar el próximo 11 de julio, en el Teatro Principal, organizada por la Diputación provincial, el Obispado y La Región, será conducida por el alaricano Xosé Manuel Piñeiro.
¿Por qué decide colaborar con esta iniciativa?
Me implico en este tema, fundamentalmente, y aparte de la propia tragedia, porque está implicado en ello Manolo Rodicio, mi amigo de la infancia. Es de esta buena gente que, pudiendo vivir cómodamente en la diócesis o en una parroquia, de repente pone el Atlántico por el medio y se va a estar con los más desfavorecidos. Y ahora hay que echarle un capote, ya que está allí, en Jipijapa, con su gente, y es un ourensano que está haciendo una gran labor humanitaria, que merece todo el apoyo.
¿La memoria para estas catástrofes es demasiado frágil?
Claro, esa es la tragedia. Las catástrofes naturales, en el momento en que dejan de ser titular, desaparecen por completo, y ese es el peor momento, porque ellos, los afectados, siguen viviendo la tragedia, pero ya no hay cámaras y para el mundo desapareció el problema. Por eso es bueno recordarlo cada cierto tiempo.
La solidaridad, ¿es un valor que se mantiene, disminuye o crece?
Este es un mundo muy loco, muy cambiante, pero a la gente si le pones el problema enfrente, si se lo enseñas, si le dices lo que hay, es muy solidaria. Nosotros somos un pueblo muy solidario, que tiene que tener el problema delante, porque si no nos olvidamos.
¿Por qué una gala?
Porque es la excusa. Los artistas es lo que sabemos hacer, y en torno a la gala se creó un movimiento que ayuda a la campaña que ya tenía el Obispado. Esto no es un fin, es un medio. Hay que recordar a la gente que el problema sigue estando ahí. Es buscar la concienciación.
¿Cómo fue la respuesta de los artistas?
Fantástica, y si hubiéramos llamado a más, más hubiéramos tenido. Todo, hasta el último céntimo que se recaude, es para la causa, ellos no cobran ni la gasolina para venir. Porque estas cosas se hacen de corazón, sino, no se harían.
