El Colegio Cisneros fue nuevamente afectado por la lluvia el pasado lunes. La fuerte tormenta cargó sobre un plástico que cubre el muro caído el pasado marzo y se formó una cascada en el interior del patio.
El agua entró en tromba y arrastró con ella el barro de las obras. El espacio que actualmente utilizaban los niños para pasar los recreos -una zona cubierta pero al aire libre- quedó inutilizable, inundado y lleno de tierra. Por el momento, los menores tendrán que pasar los descansos en el tercer piso del edificio. Desde que comenzó la tormenta, el lodo no frenó su paso y los profesores tuvieron que evacuar a los niños del centro. Por suerte, ya estaban en la última hora de clase y no fue necesario llamar a las familias.
Desde el centro señalan que “el Concello no tiene habilitado un desagüe en la parte de arriba del colegio, por lo que nos cae todo a nosotros”. Los ascensores que están en la entrada también se estropearon.
Por otra parte, el patio exterior sufrió nuevos destrozos. Cayeron más escombros de gran tamaño y la tierra se esparció más a lo largo.
Para este curso, el colegio ya no volverá a ser el que era. La dirección espera, sin embargo, que durante el verano sí que avanzará con rapidez y podrían estar finalizadas.