ANÁLISIS

Un complicado puzle a cinco bandas

Papeletas de los partidos en un colegio electoral, el pasado 26 de mayo.
photo_camera Papeletas de los partidos en un colegio electoral, el pasado 26 de mayo (MIGUEL ÁNGEL).

Las negociaciones en el Concello de Ourense y la Diputación ponen sobre la mesa múltiples fórmulas. Nadie se atreve a decir nada en un tablero de ajedrez con cinco peones y en el que cualquiera puede ser el rey.

La ciudad y la provincia encaran una semana clave para las negociaciones de sus respectivos gobiernos, con más premura en el primer caso, cuya decisión tendrá consecuencias sobre lo que se decida en el segundo. Ourense vive un rompecabezas difícil de resolver, con dos instituciones en juego, y ante el que nadie se atreve a decir una palabra más alta que otra. El que se mueva demasiado quizás no salga en la foto. PP, PSOE, DO, BNG y Ciudadanos son peones de un tablero de ajedrez en el que cualquiera, si se lo propone, puede acabar siendo el rey.

El PP ha perdido la mayoría absoluta en la Diputación pero tiene  un punto de partida solvente: es la fuerza más votada, el único partido con un candidato claro, y enfrente tiene una entente de difícil encaje. Su estrategia, que todavía no han dejado entrever, pasa por un claro 'nosotros o el caos'. Según avanzaron desde el PP, el propio presidente del partido, Manuel Baltar, estaba al frente de los contactos con las diferentes formaciones. 

El PSOE tiene motivos para la alegría, pero también para vivir en un mar de dudas. En la Diputación, depende de conseguir meter en un mismo pack a Ciudadanos –fuerza antinacionalista– con el BNG. Y en el medio, Democracia Ourensana, ahí y en el Concello. Las bases socialistas tendrán que pronunciarse, pero no todos ven con buenos ojos dar un cheque en blanco a la formación de Gonzalo Jácome para formar gobierno. Muchos recelan incluso de aceptar el apoyo de una fuerza que durante años cargó con contra líderes socialistas, especialmente el exalcalde Paco Rodríguez y su gobierno. Jácome llevó al juzgado la adjudicación de ayuda a domicilio – pendiente del escrito de calificación del fiscal–,y sentó en el banquillo a sus socios del BNG por las obras Paz Nóvoa y Bedoya. 

La fórmula socialista alternativa pasaría por gobernar en minoría, visto que la posibilidad de acuerdo con el PP para dar estabilidad no se contempla. Pero no parece factible. Ciudadanos quiere poder –como ya se han encargado de recordar, ya es hora de dejar de mirar los toros desde la barrera– y DO ya ha advertido de que quiere o pacto a cuatro en ambas instituciones, o un pacto "hasta con el demonio". 


Gobierno en solitario


El PP baraja la posibilidad de gobernar en la institución provincial en solitario, con acuerdos puntuales con otras fuerzas. Ciudadanos podría permitir esa fórmula y aprovecharse de ser llave. Pero parece poco probable, ya que la formación naranja ha advertido de que quiere tocar moqueta. Otra opción sería que algún partido se abstuviese en la investidura a cambio de algún tipo de pacto en el Concello, o que las desavenencias a la hora de negociar la investidura del socialista Rafa Villarino pudieran dinamitar la relación de la izquierda. 


Pacto PP - Ciudadanos


Es aparentemente lo natural en la Diputación, si bien la presión sobre la formación naranja es importante, ya que las fuerzas de izquierda insisten en la idea de derrocar al gobierno de Manuel Baltar. Ciudadanos podría exigirle al PP implantar parte de su programa e incluso entrar en el gobierno. 


Pacto a cuatro


La alternativa en la Diputación pasa sí o sí por juntar los votos de PSOE, DO, BNG y Ciudadanos. Los nacionalistas ya han garantizado su apoyo para un cambio en el gobierno provincial, aunque no ven con buenos ojos un pacto PSOE-DO en el Concello, por lo que todo podría cambiar. Ciudadanos no descarta un pacto a cuatro encabezado por ellos mismos, al ser la fuerza clave, una estrategia que podrían aceptar PSOE y DO, que podrían venderlo a sus electores si, a cambio, ambos tienen poder en el Concello.  Parece la única fórmula válida, ¿o votaría Ciudadanos a favor de un gobierno de izquierdas sostenido por una fuerza nacionalista? El BNG ya ha dicho que en la Diputación no pondrán vetos ante una candidatura encabezada por el PSOE.


Y en el Concello, ¿qué?


El número 1 de Cs en el Concello de Ourense, José Araújo, afirmaba esta semana que el pacto sería conjunto en Diputación y Concello. Problema: Ciudadanos y BNG solo son fuerzas llave en la Diputación, mientras que en el Concello Rafa Villarino y Gonzalo Jácome se lo podrían montar por su cuenta. 

El PP tiene su baza ahí. No tira la toalla y ve incluso factible formar gobierno si Rafa Villarino se empecinase en tirar hacia delante solo. Podría romperse la baraja y ver a Jácome votando a favor de una investidura de los populares. También podría darse que si este estira mucho la cuerda acabe siendo el PP quien garantice su apoyo a Villarino para dar estabilidad.


Gobierno rotatorio


Una de las fórmulas aplicables en el Concello sería la rotación de alcaldías, algo que se ha visto en algunos municipios pequeños. Es una fórmula que barajan en DO y que podrían plantear a los socialistas. ¿Se imaginan dos años a PSOE y dos a Jácome en el poder? Todo depende de la prioridad que le den en el grupo socialista  a ostentar el gobierno de la Diputación. 

En un hipotético gobierno rotatorio podría sumarse otra figura importante, la del PP, llegado el caso de que pudiese hablar con el partido encabezado por Jácome, algo que no parece factible a priori, si bien el PSOE agitó en campaña un supuesto "pacto oculto" . 

De momento, lo único claro es que solo ha habido contactos informales y que todos los partidos juegan con las condiciones que marca la ley electoral: el alcalde será investido el 15 de junio, y solo podrá serlo o uno que obtenga la mayoría absoluta (14 concejales) o, en su defecto, la lista más votada, el PSOE. 

No hay medias tintas. De esos barros, vendrán los lodos en la negociación para la Diputación, ya para el mes de julio. 

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