CELEBRACIÓN

La comunidad china entra en el año 4715 “trabajando"

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Hoy, 28 de enero, es el primer día del Año del Gallo en China. Es el 4715 en su calendario tradicional. Ayer, en Ourense las familias celebraron la noche de Fin de Año, sin espacio para resacas pero con familia y buena mesa

La comunidad china afincada en la ciudad dio la bienvenida al año 4715 de su calendario con una fiesta tradicional en casa. Sin espacio para resacas, porque "no hay tiempo para fiesta de Año Nuevo" apunta Bao Chen, que anoche tuvo la fortuna de poder despedir el viejo año y brindar por la llegada del nuevo, con su mujer hijos y nietos en casa. Se siente feliz porque incluso pudo venir su hijo mayor con su novia desde Pekín y ocasiones como esta "son memorables, esto no pasa todos los años". Bao es de Zhejiang, al sur de Shanghai y regenta un supermercado chino.

Las mujeres se vistieron anoche con tonos rojos y dorados. "Hoy es día para estrenar ropa nueva" apunta Wei Lian Xia mientras habla con su madre, que está en China de celebración. "Tenemos dos calendarios y celebramos dos años nuevos". dice sonriendo.

En la ciudad están empadronados 110 hombres y 95 mujeres de origen chino empadronados. Ayer, la comunidad siguió el protocolo y, entre otros rituales de Nochevieja, "hicimos ofrenda al mundo de los espíritus", comenta Wei Lian Xia de Qingtian, distante ya de ciertos rituales tradicionales en su país , unque convencida de la importancia de recordar a los amigos o familiares que "nos dejaron". En la cena de Fin de Año "les recordamos y les honramos antes de empezar a cenar".

En la mesa hubo ayer dumplings, jamón ibérico, camarones con salsa china de langosta y otros mariscos al estilo chino, arroz, carne de cerdo, pescado, jiaozi, fideo chino y la tarta de arroz de los ocho tesoros. "Unimos lo tradicional chino con productos españoles porque también nos sentimos muy ourensanos", asegura Yang Suifen, propietaria de un restaurante que enfatiza "la fortuna que supone vivir dos culturas" aunque no se le escape el hecho de que "hoy en China es festivo y aquí toca trabajar".

Coincidía con este argumento Lei Ye, de Hang Zhou. Ella y su marido llevan aquí ocho años y reconocía que "si no me llega llamar mi madre, se me despista la fecha".

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