Aunque en noviembre, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, decía que "en semanas" se retirarían de las calles los mupis y pantallas digitales que se explotaban publicitariamente hasta el pasado otoño y que reportaban alrededor de 110.000 euros anuales, lo cierto es que no ha sido hasta la semana pasada cuando los trabajos para despejar las aceras han comenzado.
Operarios de la empresa Construcciones y Obras Xursan ya se dejaron ver por las calles para empezar a desmontar los soportes, cumpliendo así el encargo realizado por el Concello a través de un expediente impulsado por la Concejalía de Infraestructuras, que complementa el acuerdo adoptado en junta de gobierno local para declarar un total de 114 mupis como bienes no utilizables.
El contrato con la mercantil refleja que el presupuesto para retirar todos estos elementos asciende a 39.714 euros, lo que supone un desembolso por un importe un 36% inferior a la recaudación que obtenía el Concello por la explotación de los mismos, encargada los últimos años a la empresa PM Trans Europe, que también tenía la obligación de gestionar el reciclaje de las pilas en aquellos soportes habilitados para depositarlas.
Ya en la oposición, Jácome se había mostrado tremendamente crítico con este servicio y, con su llegada al gobierno municipal no ha hecho más que materializar sus intenciones, dado que ya en febrero del pasado año anunciaba que no renovaría el contrato que vencía en noviembre ni sacaría a concurso de nuevo la explotación de los mupis, renunciando así a otra fuente de ingresos para el consistorio ourensano.
"Constituyen una barrera arquitectónica y visual, impiden contemplar los espacios públicos y dañan la visibilidad de los comercios”, señaló Jácome entre sus argumentos para poner fin a los mupis, entendiendo también que el canon que se conseguía era demasiado bajo.
La decisión adoptada por el alcalde fue criticada por el resto de grupos políticos. El PP, por ejemplo, criticaba que "por ocurrencias y caprichos personales", se eliminase el servicio "en una época en la que se prevé una bajada de ingresos municipales".
Desde el anuncio de Jácome y el vencimiento de la concesión, ante la falta de un mantenimiento por parte del Concello, una buena parte de los mupis se encontraba en pésimo estado, dañados o con pintadas. Según el gobierno municipal, sí permanecerán en su lugar los relojes-termómetro que hay repartidos por la ciudad.
