El Programa de Absentismo Escolar del Concello de Ourense ha tramitado 40 casos de absentismo escolar en lo que va de curso. La mayor parte, un total de 28, se produjeron en Educación Secundaria Obligatoria, etapa que tradicionalmente suele acaparar una cifra superior de alumnos que dejan de acudir al centro escolar. De hecho, de los 70 casos registrados durante el curso 2011-2012, 45 corresponden a los años de enseñanza secundaria.
A pesar de que los números son más benévolos con los alumnos de Primaria, también se dan casos preocupantes. En su mayoría, son las familias quienes dejan de llevar a sus hijos a clase, síntoma de 'outros problemas asociados'. Quien lo explica es la edil de Benestar Social, Marga Martín, en cuyo departamento se creó una comisión de seguimiento escolar hace cuatro años.
Su trabajo consiste en vigilar los casos de ausencia a clase, aunque la primera intervención acostumbra ser responsabilidad del centro educativo. 'Cando non acode ou falta moito, o primeiro é intentar falar coa familia'. En caso de que el colegio no sea capaz de resolver la situación es cuando interviene la comisión municipal, de cuyos resultados están 'moi contentos', en palabras de Martín.
Si el éxito tampoco llega en este punto, el Concello envía los casos a órganos de competencia superior. El año pasado, de los 70 expedientes abiertos, cuatro fueron derivados a la Fiscalía de Menores y siete, a la Xefatura Territorial de la Xunta, unas cifras que ejemplifican cómo ese trabajo 'facilita que non cheguen ós últimos estamentos'.
SÍNTOMA DE 'REBELDÍA'
'O dos adolescentes é outra historia', explica la edil ourensana porque, a diferencia de lo que ocurre en niveles educativos inferiores, hay casos en los que las propias familias desconocen que su hijo está faltando a clase, aunque 'cada vez son menos, senón que moitas fan todo o posible por solucionalo' pero el absentismo juvenil suele responder 'á rebeldía'. No existe un perfil económico o social de la familia más propensa a acoger alguno de estos casos, 'é máis unha cuestión de estabilidade'. Lo hacen, sobre todo, las mujeres, de modo que 26 de los 45 casos corresponden a niñas; mientras que en Primaria fueron cinco más los niños.
En lo que sí coinciden tanto niños como niñas de Primaria y ESO es que acuden a colegios públicos un 92,86% de los que se ausentan de la vida diaria del centro. Lo mismo sucede acerca del origen de los estudiantes, que si bien no supera por unas cifras tan aplastantes, los españoles son los que más faltan. Así, de los 70 totales, son 31 los que proceden de familias extranjeras, un ámbito en el que destacan las familias de Rumanía.
No obstante, también es cierto que por colectivos es el gitano el que más expedientes de absentismo escolar registra, con un porcentaje del 31,43% sobre el total. En este caso, los niveles educativos quedaron igualados durante el curso 2011-2012, con 11 casos cada uno.
Todos los casos son seguidos de forma individualizada por miembros de la comisión municipal, compuesta por representantes de la Fiscalía de Menores, dos técnicos de la Xunta competentes en materia de Educación, otros tantos de la Concellería de Benestar Social, un miembros del Cuerpo Nacional de Policía y otro del cuerpo de seguridad municipal, que se reúnen periódicamente.
Su trabajo consiste en vigilar los casos de ausencia a clase, aunque la primera intervención acostumbra ser responsabilidad del centro educativo. 'Cando non acode ou falta moito, o primeiro é intentar falar coa familia'. En caso de que el colegio no sea capaz de resolver la situación es cuando interviene la comisión municipal, de cuyos resultados están 'moi contentos', en palabras de Martín.
Si el éxito tampoco llega en este punto, el Concello envía los casos a órganos de competencia superior. El año pasado, de los 70 expedientes abiertos, cuatro fueron derivados a la Fiscalía de Menores y siete, a la Xefatura Territorial de la Xunta, unas cifras que ejemplifican cómo ese trabajo 'facilita que non cheguen ós últimos estamentos'.
SÍNTOMA DE 'REBELDÍA'
'O dos adolescentes é outra historia', explica la edil ourensana porque, a diferencia de lo que ocurre en niveles educativos inferiores, hay casos en los que las propias familias desconocen que su hijo está faltando a clase, aunque 'cada vez son menos, senón que moitas fan todo o posible por solucionalo' pero el absentismo juvenil suele responder 'á rebeldía'. No existe un perfil económico o social de la familia más propensa a acoger alguno de estos casos, 'é máis unha cuestión de estabilidade'. Lo hacen, sobre todo, las mujeres, de modo que 26 de los 45 casos corresponden a niñas; mientras que en Primaria fueron cinco más los niños.
En lo que sí coinciden tanto niños como niñas de Primaria y ESO es que acuden a colegios públicos un 92,86% de los que se ausentan de la vida diaria del centro. Lo mismo sucede acerca del origen de los estudiantes, que si bien no supera por unas cifras tan aplastantes, los españoles son los que más faltan. Así, de los 70 totales, son 31 los que proceden de familias extranjeras, un ámbito en el que destacan las familias de Rumanía.
No obstante, también es cierto que por colectivos es el gitano el que más expedientes de absentismo escolar registra, con un porcentaje del 31,43% sobre el total. En este caso, los niveles educativos quedaron igualados durante el curso 2011-2012, con 11 casos cada uno.
Todos los casos son seguidos de forma individualizada por miembros de la comisión municipal, compuesta por representantes de la Fiscalía de Menores, dos técnicos de la Xunta competentes en materia de Educación, otros tantos de la Concellería de Benestar Social, un miembros del Cuerpo Nacional de Policía y otro del cuerpo de seguridad municipal, que se reúnen periódicamente.
