Más de medio centenar de viviendas del casco histórico presentan actualmente riesgo de ruina

El Concello de Ourense prevé la rehabilitación total de las zonas más deterioradas en siete años

Un vecino observa el estado en el que quedó la vivienda calcinada en Julio Prieto Nespereira. (Foto: José Paz)
El casco histórico es la zona de la ciudad donde más edificios presentan estado de ruina (56 en total), sobre todo en la zona sur del área monumental. Según las estimaciones del teniente de alcalde y responsable municipal de Vivenda, Alexandre Sánchez Vidal, la rehabilitación total del casco histórico podría tener un plazo de siete años, siempre y cuando, advierte, la Xunta y el Concello mantengan la sintonía suficiente y necesaria para aunar esfuerzos y fondos económicos para este fin.
En las 20 hectáreas que conforman el casco histórico de la ciudad existen 1.007 edificios y 4.000 viviendas. De ellas, 700 han sido rescatadas de la ruina desde el año 1996, fecha en la que comenzó su andadura el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) y floreció gracias a los nueve millones de euros procedentes del Programa Urban.

Sin embargo, la soñada rehabilitación total del casco histórico no será una realidad, según las estimaciones del teniente de alcalde y responsable municipal de Vivenda, Alexandre Sánchez Vidal, hasta dentro de al menos siete años. Para ello considera ‘imprescindible’ una buena sintonía del Concello con la Xunta, clave para lograr subvenciones y permisos para poner en marcha proyectos que recuperen viviendas de la zona monumental.

Hoy en día, más de medio centenar de edificios del casco histórico presentan riesgo de ruina. En total son 56 los que cuentan con expedientes alertando de su inhabitabilidad, de los cuales 11 están apuntalados, 36 vacíos y nueve todavía con la tramitación en curso.

Sánchez Vidal señala que la zona más problemática es el ala sur del casco histórico, sobre todo las calles Julio Prieto Nespereira (donde se produjo el incendio de ayer), Pelayo, Hernán Cortés y Dos de Mayo. Aún así, destaca los pasos que ha dado el bipartito municipal para poner freno al deterioro residencial del casco histórico.

Además de la puesta en marcha este año del servicio municipal de Vivenda Pública y del refuerzo de personal en la Oficina del PERI, con 12 técnicos, Sánchez Vidal recuerda la importancia de la normativa municipal que vela por el buen estado de los edificios. ‘A aprobación o ano pasado da ordenanza reguladora da edificación forzosa e rexistro de solares consegui dar carpetazo a diversos problemas que había na cidade, consistentes en inmobles que estaban a piques de caer por problemas económicos ou de herdanzas dos propietarios’, explica el teniente de alcalde.

Esta normativa municipal, que entró en vigor en agosto de 2008, faculta al Concello a enajenar edificios en ruina si sus propietarios no los rehabilitan en un plazo máximo de dos años. De hecho, los técnicos municipales se encargan de analizar los inmuebles existentes para baremar cuales de ellos deben ser incluidos en este registro y es precisamente el casco histórico la zona de la ciudad en la que se han catalogado más casos (los 56 anteriormente citados).

El ritmo de rehabilitaciones anuales en el casco histórico (no necesariamente en viviendas en riesgo de ruina) es de 120 actuaciones, según destaca el teniente de alcalde, Alexandre Sánchez Vidal. De hecho, el Concello, la Xunta y el Ministerio de Vivienda firmaron convenios por valor de 2,8 millones de euros para inversión directa en estas actuaciones hasta el año 2011. En la imagen, viviendas a la espera de reformas en la calle Dos de Mayo.

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