El cuadro, de grandes dimensiones, se encuentra ubicado en el hall de entrada del Auditorio
Nada se escapa al deterioro que el paso del tiempo acaba por provocar, aunque, afortunadamente, en algunos casos es un daño que se puede reparar. Y esa es precisamente la situación en la que se encuentra el cuadro "El dictador", de Xaime Quessada, al que el Concello va a someter a un intenso trabajo de restauración, tanto del color, de los trazos, como del propio lienzo.
Esta obra de grandes dimensiones, 195x460 centímetros, es propiedad municipal tras una donación efectuada por el propio artista quien, además, eligió el lugar exacto de la ubicación del cuadro en el Auditorio, teniendo en cuenta el fondo de madera de la pared.
"El dictador", datado en el año 1961, pasó a ser propiedad del Concello a principios de los años 90 y estuvo expuesto durante un largo tiempo en el Centro Cultural Marcos Valcárcel. Será en 2005, con la apertura del Auditorio, cuando el Concello recupere esta obra de arte para sus propias instalaciones y allí permanece, diez años después. El paso del tiempo, las distintas condiciones en las que estuvo expuesto y la calidad de los materiales que se usaban en aquellos años, es el cúmulo de circunstancias que han desembocado en el actual estado de deterioro de la obra.
La restauración de este cuadro es un proyecto que ya se había iniciado el pasado año pero que razones presupuestarias han obligado a posponer hasta este 2016. La empresa que se encargará de llevar a cabo este trabajo de restauración tendrá un plazo aproximado de un mes para culminar todo el proceso y devolver esta obra de Quessada a su emplazamiento original, aunque más protegida. "El dictador" es un óleo sobre tela con tonalidades ocres y grises, y su título es una clara alusión a Franco, y a las atrocidades que, según comentó el artista, estaba cometiendo el dictador. En el centro del cuadro se puede ver una paloma como símbolo de libertad y de democracia. Seguramente muchos ourensanos no habrán reparado en esta destacada obra de arte, considerada una de las más valiosas del Concello, y que lleva diez años luciendo en el Auditorio.
