DEMOGRAFÍA

La conciliación, los salarios y el poco apoyo social, trabas para la natalidad

En pleno invierno demográfico, las madres que sí han dado el paso echan en falta cosas: "Non é a maternidade que pensaba"

Ourense vive en una vorágine autodestructiva a la que nadie sabe poner una solución concreta. A una población de elevada edad –la más alta de toda España– se suma que las mujeres en edad de tener hijos son las que menos tienen. Salarios bajos, trabas en las empresas, problemas en las guarderías para hacer efectiva la conciliación. No son pocos los obstáculos, según relatan las ourensanas que sí dieron el paso de traer a un hijo al mundo en 2018, desafiando a la tendencia que muestran las estadísticas.

Hoy en día, no es fácil tomar la decisión. Ourense perdió en un solo año 223 nacimientos y tocó fondo, de nuevo, en la natalidad. Noemía, Rita, Sara, Tania, Erika, Leticia. Son algunas de las que contribuyeron a evitar un descalabro todavía mayor en la lucha contra el reto demográfico. Todas coinciden en el "escaso apoyo" que reciben, no solo de las administraciones, sino también de la sociedad. "Nos miran como bichos raros, te ven con dos hijos con 24 años y piensan que eres una suelta o que seguro que no se sabe quién es el padre. ¡Pero si es la mejor edad para tenerlos", confiesa Rita Alonso Ceguirre, que apenas de tener a Lucía –ahora tienen un año y medio– se quedó embarazada de Alicia –ahora tiene seis meses–. Viven en un piso de Barrocás, con el padre de las criaturas, Roberto García.


La famosa estabilidad


Todas coinciden en animar a las ourensanas. Sara Faílde, que fue madre en hace justo un año, expone cuál cree que es el problema: "La gente quiere esperar al momento, pero nunca es el momento". Coincide con ella Tania Caride,que también estrena maternidad: "La gente quiere esperar a tener estabilidad, Nunca vas a tener la estabilidad que quieres para tener un hijo. Si esperas a tener una casa en propiedad, un coche... nunca vas a tener hijos". Erika Caride, madre reciente, también habla de esa famosa frase de la estabilidad: "Nosotros quizás no la teníamos, pero sabíamos que no le iba a faltar de nada".

El problema de la conciliación es el más flagrante. El acceso a las guarderías públicas no tiene un horario suficientemente atractivo. "Non atopas axuda, o sistema de traballo e como tes acceso a unha gardería non é compatible. Non dan facilidades, os horarios están feitos para fillos de funcionarios, non para os que traballamos en diferentes horarios" , lamenta Leticia Martínez. Ahora está desempleada, tras dejar un trabajo anterior por incompatibilidad para cuidar a su hija. Ahora prepara oposiciones: "Chega un momento en que te plantexas ser funcionario, é máis fácil".

Los gastos son otro de los grandes obstáculos. "No llegan 120 euros a la semana, solo para gastos de 'mantenimiento', sin contar imprevistos", asegura Roberto García, padre de las dos hijas de Rita.Ahora, como comentan con Noemía Pereira o con Susana Alonso –ya con una hija de 10 años– llegarán los gastos escolares.


Sueldos bajos


Confiesan la felicidad de tener hijos, pero asumen que Ourense es una ciudad difícil. "Con 900 euros de sueldo y 430 que recibe ella de ayuda no te puedes plantear comprar una casa en propiedad", dice García. La madre de las criaturas, Rita Alonso, añade: "Ni siquiera te puedes plantear cambiarte de casa. Ahora no trabajo, pero creemos que no merecería la pena hacerla, tocaría pagar la guardería. ¿Sería rentable?". 

24 años y dos hijas: "Si esperas por algo estable, se pasa el arroz"

Rita Alonso Ceguirre y Roberto García ya llevan dos retoños, Lucía y Alicia. Ella tiene apenas 24 años. "A los seis meses el embarazo me fui a la calle, cobré la baja común pero me lo quitaron del paro al que tenía derecho. Me dijeron que caía de cajón. En ese momento solo cobraba yo. Tuvimos que pedir un crédito de 3.000 euros", relata. Susana Alonso tuvo a la suya con 27 –ahora tiene 10 años–y Noemía Pereira Morais, hace justo un año, con 27.  Esta últilma dice entre risas que "ha cerrado la fábrica". Es pensionista, y dice que "la maternidad es maravillosa, pero es una hipoteca de por vida, y si no puedes, no puedes...""Tener un hijo es la cosa más bonita del mundo, cuando estás mal y te abraza. No hay nada que lo pague...", dice Susana.  Confiesan que la maternidad ha cambiado todo. "Sales a cenar o hacer compras y al final solo piensas en coger algo para tu hija", dice Rita. Ven complicado el aumentar la familia, pese a haber empezado pronto. "Necesitas mínimo 30.000 euros para meterte en una hipoteca, pero con 900 euros mensuales de sueldo se complica", señala García. "Si pudiese volver atrás no lo tendría, aunque suene mal, porque con la mierda de mundo que tenemos, tener dos hijas te asusta", reconoce Rita. Siguen viendo en la sociedad poco respeto: "Una camarera me dijo que le diese el pecho en el baño. ¿Acaso tú comes en el baño?". La vida cambia: "Tengo amigas sin hijos y claro, tú no puedes salir, no las vas a dejar sola", dice Susana.  "Ser madre es un trabajo que no está pagado", añade Rita. La mayor duda, que carcome, es aquello de "¡y lo estaré haciendo bien?". Coinciden en que esperar no es solución: "Si esperas por algo estable, se te pasa el arroz".

“Que sea feliz es lo más importante "

Erika Duarte, de 24 años, tuvo a su hija Áurea el 16 de diciembre de 2017. Se ve con "suerte" en el img-20190621-wa0013estreno de su maternidad . Los primeros días fueron "complicados, por los cólicos que le dieron a la peque". Confiesa que esos primeros momentos "con la peque llorando y sin saber por qué, haciendo turnos para poder dormir" son los malos, pero es una niña muy buena. Lo "duro" llega ahora: "Hay que saber darle una buena educación, ayudarle a gestionar sus emociones, y que sea una niña feliz, que es lo que más me importa". No han echado en falta apoyos – "tenemos la suerte de tener a los abuelos cerca y los amigos , que se desviven por ella"– para poder trabajar o, siguiendo unos consejos– "no olvidarnos de que somos pareja y poder dedicarnos tiempo también". Destaca el "buen papel" de la guardería, "siempre pendientes de que no nos perdamos las primeras veces" que surgen. Cree que hay menos nacimientos porque esperan "al momento perfecto o lo de aún no tenemos estabilidad. Obviamente no te vas a tirar a la piscina. Nosotros no teníamos estabilidad pero sabíamos que no le iba a faltar de nada . Te privas de algunas cosas, te organizas de otra forma, pero lo haces a gusto".

“Sínteste algo soa a nivel social"

Hace 18 meses, Leticia Martínez dio a luz a su hija Carolina, a los 32 años. Vive en A Valenzá. Fue  un img-20190621-wa0020embarazo buscado: "É súper gratificante o seu sorriso ou un abrazo". Se plantea "romper a media"y tener más.  Sí es cierto que no es fácil: "Sínteste algo soa a nivel social".  Ahora está buscando trabajo y preparando oposiciones. Puede ser la mejor opción, porque "os horarios das garderías parece que están feitos para funcionarios". Considera que una de las causas de la baja natalidad es que "os salarios son bastante baixos en Ourense.  E tampouco hai facilidades reais para conciliar. Todos os partidos o prometen, pero a realidade é ben distinta.". Explica cómo tuvo que renunciar a su anterior puesto de trabajo,s. "Pedía estabilidade horaria, e tocoume renunciar". Lamenta que no pueda dejar "máis de oito horas diarias a unha nena nunha gardería pública. Os horarios non son sinxelos. Xa che supón ter que pedir redución, e non todo o mundo pode polo económico. Hai xente que non ten un neno porque sabe que non pode seguir traballando no seu. A sociedade dá por sentado que tes os avós paa axudar, pero non é o tipo de maternidade que estaba na miña cabeza".  

“Es la mejor edad, y tiene tatarabuela"

Tania Caride vive en la ciudad, aunque tienefamilia en Vilarchao (Coles). Tiene 27 añosconfiesa que en su img-20190621-wa0007entorno ven "raro" que sea madre a esa edad. Pero es una "gran satisfacción. Es mejor ahora, con 40 años no tienes ni paciencia ni ganas". Además, ha conseguido algo inusual: que Naia tenga  tatarabuela: "Hemos juntado a cinco generaciones, y eso ahora ya casi no se ve. Es muy bonito".  Confiesa que "es muy complicado ser madre, ayudas hay las justas. Esperan por estabilidad, pero nunca vas a tener la estabilidad que esperas para tener un hijo. Si esperas a tener una casa en propiedad, un coche...Nunca vas a tener un hijo". Lamenta el acceso a las guarderías públicas, que no se adapta a las necesidades. Conciliación cero. "Con mi trabajo no puedo tener acceso a ellas, solo te dan plaza de mañana o de tarde. Si trabajas a turno ya no tienes derecho a tener plaza. Y cuando te niegas a una pública, porque no cubre tus necesidades, no te dan opción al Bono Concilia. No tiene lógica, porque si vas a una privada es porque te cubre lo que no te cubre la pública".   

“Para tenerlo, nunca es el momento"

La hija de Sara Faílde  se llama Alma. Nació el 13 de julio del 2018. Su mamá tenía 29 años. Los inicios en la maternidad de Sara, que vive en A Valenzá, han sido "un poco duros", porque "siempre fui de dormir muchísimo y desde que la tuve no duermo nada".

img-20190621-wa0010Con la necesidad de biberón cada tres horas, el padre tuvo que cambiar el turno de trabajo para poder mantener los cuidados, ya que Sara abrió un negocio  –ludoteca Amarelinha– el pasado mes de octubre. Desde que nació solo tienen ojos para ella. Ser madre lo ha sido "todo". Y es que es un "amor incondicional de una persona que está siempre contigo, socializas más, sales al parque con ella, compartes experiencias, te obligas a salir más..."

Sin embargo, comprende que muchos no den el paso: "O trabajas o tienes hijos, no es muy compatible. No hay ayudas ni nada de nada". Lo que sí tiene claro que "no puedes estar pensando cuándo es el momento, porque nunca es el momento. Nunca va a ser una vida estable".   

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