Las cuatro diputaciones, la Xunta y la Fegamp instan a retomar el diálogo en vez del uso de la fuerza
Las cuatro diputaciones gallegas, Xunta y la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) han hecho un frente común para condenar las acciones violentas en las protestas de los bomberos comarcales. En un comunicado conjunto, aseguran que los disturbios como los vividos el lunes frente al edificio de la Diputación de Ourense, en los que incluso se empleó botes de humo y un lanzallamas, lo que obligó a la UIP de la Policía Nacional a cargar contra los manifestantes, “poñen en serio risco a seguridade das persoas e dos bens públicos”. No solo se produjeron daños materiales (se lanzó pintura a la fachada y se rompieron ventanas) sino que resultaron heridos tres bomberos y dos policías.
Matizan que cualquier colectivo profesional tiene derecho a reclamar mejoras laborales “pero consideran inxustificable e inadmisible o uso da violencia nas protestas”. Estas administraciones consideran que la actuación de la Policía Nacional fue “responsable”. También salen al paso de lo sucedido el pasado viernes en Pontevedra, con daños en la fachada del Pazo Provincial de esa ciudad. Xunta, diputaciones y Fegamp recalcan que el uso de la fuerza “nunca vai dobregar a defensa do interese público” al tiempo que instan a los bomberos comarcales a retomar el diálogo y la negociación para llegar a acuerdos.
Los policías
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) reclamó ayer a la Subdelegación de Gobierno información sobre la manifestación de los bomberos comarcales. En concreto, solicitan saber si se identificó el responsable de la organización de la manifestación, puesto que recuerdan que la Ley Orgánica 9/1983 del 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, establece que la celebración de reuniones en lugares de tránsito público y de manifestaciones “deberán ser comunicadas por escrito la autoridad gubernativa correspondiente por los organizadores o promotores, con una antelación de diez días naturales como mínimo y 30 como máximo”. Destacan que, durante el transcurso de la manifestación, en el momento de situarse los bomberos comarcales a la altura de la Diputación Provincial ourensana, “se produjeron una serie de altercados y desórdenes públicos”.
Una actuación para la que recriminan que los bomberos “venían perfectamente pertrechados para no ser identificados” y que, aseguran, “llevaron a cabo de manera coordinada y premeditada” utilizando extintores y bengalas y quemando neumáticos “creando una cortina de humo para arrojar objetos con pintura a la fachada de la Diputación”. Además de los desperfectos, insisten en que “acometieron violentamente contra los agentes policiales allí desplegados”, llegando a utilizar “contra estos” “un artilugio a modo de lanzallamas”, según su versión, “con la intención de acceder por la fuerza al edificio de la Diputación”.
Comité de huelga
Por su parte, el comité de huelga de los bomberos comarcales emitió un comunicado con su versión de lo sucedido. En él aclaran que el supuesto lanzallamas fue en realidad el “desafortunado empleo de un insecticida” que “después de inflamarse durante su proyectado pudo interpretarse como una herramienta de amenaza” por parte de los bomberos, pero resaltan que “el fuego no llegó a los agentes policiales sino que pasó por la cabeza de muchos compañeros antes de diluirse”.
Los antidisturbios de la Policía Nacional -valoran- “realizaron una carga antirreglamentaria en la protesta” que dejó a varios manifestantes heridos, incluido uno “con una fractura múltiple de nariz y pómulo”.
“Los agentes de la UIP comenzaron una carga, desconocemos si autorizada, en la que comenzaron a dar golpes con contundencia a la altura de las cabezas de los manifestantes y, como se puede visualizar en infinidad de documentos gráficos, de arriba a abajo, que entendemos no responden a los procedimientos reglamentarios”, criticaron.
Con todo, el comité “condena cualquier tipo de agresión” y llama a los bomberos a “mantener la calma” en las próximas protestas: el 27 de octubre ante la Diputación de A Coruña y el 31 ante la de Lugo.
