Condenado un guardia civil por acosar a una subordinada

El brigada preguntó a la víctima si llevaba bragas y le dirigió frases como"tus tetitas me vuelven loco" 

El Tribunal Supremo condenó a un brigada de la Guardia Civil de la Comandancia de Ourense, José L.T.,  a tres meses y un día de prisión por dirigir a una subordinada, la guardia civil Marta V.L., expresiones obscenas y de contenido sexual, como preguntarle si llevaba bragas.

El alto tribunal estudió el recurso interpuesto por la agente contra la sentencia dictada el pasado mes de abril por el Tribunal Militar Territorial Cuarto de A Coruña y confirmó la pena impuesta por dos delitos de abuso de autoridad, en su modalidad de trato degradante a inferior. "La gravedad de la conducta del recurrente es incuestionable", dice el fallo del Supremo.

Según el relato de hechos que recoge la sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Fernando Pignatelli, el brigada José I.T. dirigió "frases soeces y de contenido obsceno" y de una "incuestionable pulsión sexual" entre julio y diciembre de 2012 a su subordinada Marta V.L. Asimismo, hizo tocamientos, al menos en dos ocasiones, "siempre contra la expresa voluntad" de la víctima. También trató de quedar con ella a solas.

Para el Supremo, según recoge la sentencia, el proceder del brigada  supone un "ataque a la dignidad y libertad sexual" de la agente, que "de modo alguno tenía que soportar" y "no esperar" de un superior jerárquico.

El condenado comenzó sus insinuaciones mostrando sorpresa por ver en su destino –ambos trabajaban en el mismo departamento de seguridad en la

Comandancia de Ourense– a una "chica tan guapa y tan mona ".  
El brigada continuó comentándole en lo sucesivo que su "última novia" tenía la misma edad que ella, con argumentos como "un hombre de cincuenta años es como una mujer de treinta".

En otras ocasiones, el tono de las expresiones subieron en lo que se refiere a contenido sexual, preguntando a la víctima si llevaba ropa interior: "¿Llevas bragas? Es que te miro siempre y no veo que lleves nada, no se te nota nada". Además, a la vez que hacía referencias a parte de su cuerpo, le lanzó observaciones como: "Deberías estar orgullosa de que alguien como yo quisiera quedar contigo".

Angustia
Todo ello provocó a la víctima "una situación de angustia, estrés, malestar, decaimiento y miedo con episodios de nerviosismo, abatimiento y llanto", según destacan los magistrados.

El condenado alegó en su recurso que no ha quedado acreditado "la realidad de los sentimiento de humillación e indignidad en  la agente " y que no se ha lesionado la integridad moral de la víctima, porque en los hechos declarados probados "no hay continuidad",  son "infundados, equívocos, inconexos y descontextualizados".

El Supremo no comparte estas afirmaciones y considera que el brigada ha llevado a cabo un trato degradante y que, por tanto, se ha saltado el comportamiento que define el Código Penal Militar. 

Trabajaron juntos y el condenado sigue en la ciudad

El condenado  se encontró en el año 2012 con la víctima cuando ésta fue destinada como guardia civil al departamento de vigilancia que él dirigía. Ambos trabajaron a diario en las mismas oficinas. El condenado, residente en la ciudad, aún continúa en la actualidad en el mismo destino. Según pudo saber este periódico, el brigada goza de buena reputación dentro del cuerpo de seguridad y está calificado como una persona "bastante seria".

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